Hoy son muchos los que se interesan por el halo, un elemento de seguridad que se impuso en la F1 en 2018 en respuesta a la demanda de seguridad, sobre todo a partir del accidente de Jules Bianchi en 2014. Se trata de una estructura triangular de titanio y carbono, integrada en el monoplaza, que protege la cabeza de los pilotos ante posibles impactos con otros monoplazas o elementos externos. De hecho, Bianchi falleció debido al impacto de la cabeza contra una grúa en una escapatoria en el GP de Japón. Si bien es cierto ha restado visión lateral a los pilotos, el halo permite resistir 125 kilonewtons de fuerza desde arriba y fuerzas de 125 kN desde el lateral, lo que supone soportar cargas cercanas a las 12 toneladas.
Quizás el accidente, tras el de Grosjean, que dejó clara la eficacia de este elemento de seguridad en los monoplazas fue el sufrido en 2018 entre Fernando Alonso y Charles Leclerc en la salida del GP de Bélgica en Spa. La imagen del McLaren de Alonso pasando por encima del Sauber del monegasco fue una prueba irrefutable de la importancia de este elemento, no exento de polémica en su nacimiento. El halo del coche de Leclerc quedó completamente marcado con lo que evidenció su papel de protector del piloto.
Este año el halo ya había sido protagonista en Mugello de otro de los accidentes más estremecedores de la temporada. Los protagonistas, el español Carlos Sainz, Antonio Giovionazzi, Kevin Magnussen y Nicholas Latifi. Los cuatro se vieron envueltos en un accidente cuanto menos polémico ya que también estuvo implicado el coche de seguridad que estaba pista. Un acelerón a destiempo y un frenazo por sorpresa en plena recta provocaron que Carlos Sainz no pudiera frenar a tiempo para chocar contra el piloto de Alfa Romeo Giovanazzi, cuyo coche pasa, literalmente, por encima de la cabeza del madrileño. En este caso el halo evitó el impacto del monoplaza del italiano contra el casco de Sainz.
?️Carlos Sainz se encuentra bien pero advierte ante el peligroso accidente en Mugello: "Una situación muy peligrosa que no se debería repetir". #TuscanGP ?? #F1pic.twitter.com/6JkNYLTYuO [Vía @movistar_F1]
— Wanabet ⚽⚾ (@wanabet_es) September 13, 2020
Pero el halo no sólo ha salvado vidas en la categoría reina del automovilismo. Implantado desde 2017 en Fórmula 2 pronto demostró su eficacia. Ocurrió en 2918 en un accidente entre Tadasuke Makino y Nirei Fukuzumi en la curva 4 del circuito de Montmeló. La imagen es parecida a la que nos dejó el accidente de Carlos Sainz en Mugello, un coche se monta sobre el otro y es el halo el que evita que las ruedas y la parte trasera del monoplaza impacten contra la cabeza del otro piloto.