Las recomendaciones deportivas de LD durante la cuarentena por el coronavirus: 'Rush' (I)
¿Hacer deporte? También hay que verlo. LD ofrece unas recomendaciones de películas, series y documentales de temática deportiva durante la cuarentena.
El interés de la Fórmula 1 en España ha tenido tantos altibajos como la carrera de Fernando Alonso. Hasta que el asturiano no empezó a ganar carreras, había un escaso seguimiento y es una pena porque en la F1 no hace falta excavar mucho para encontrar historias maravillosas. Estoy seguro de que muchos de ustedes no habrán oído nada o prácticamente nada sobre la rivalidad entre James Hunt y Niki Lauda. Sí, Lauda es el piloto que tiene parte de la cara quemada. Lo bueno de Rush es que no hace falta que les apasione la máxima categoría del automovilismo o ni siquiera entiendan cómo funciona. Con saber que el que pasa primero por la línea de meta, les vale para pasar dos horas la mar de entretenidos. Porque esta película no va sólo de ganar carreras. Rush trata de la vida, de cómo saborear cada minuto en la Tierra mientras se juegan la vida en el asfalto y de cómo alcanzar el éxito se puede lograr a través de dos caminos totalmente opuestos.
Tengo que reconocer que tardé bastante tiempo en ver esta excelente película. Es de 2013 y no la vi en Netflix hasta hace bien poco, y fue sólo porque no me quedaba más alternativa ante la ingente cantidad de recomendaciones que me llegaban. La rechacé por un simple prejuicio: pensaba que Chris Hemsworth no valía para mucho más que ser el dios del trueno, vender millones de colonias y ser el objeto de deseo de una cantidad similar de mujeres. Admitido mi error, me veo en la obligación de continuar con la cadena y aconsejar que vean esta película sobre una rivalidad en la Fórmula 1 que no ha tenido tantos focos como otras.
El marido de Elsa Pataky es James Hunt y el alemán, pero nacido en Barcelona, Daniel Bruhl es Niki Lauda. Hunt, británico, extrovertido, mujeriego, alcohólico... afrontaba la vida como las carreras: al límite. No tenía ningún control y eso precisamente es lo que llenaba su depósito. "¿De qué sirve el éxito si no puedes disfrutarlo?", se pregunta en la película. Lauda es el clásico compañero de piso en la universidad que mide cada palabra que sale de su boca, maniático, que nunca se salta una norma, que pasa de las fiestas pero al que auguras un futuro prometedor como médico, ingeniero, físico o, en el caso de Lauda, la Fórmula 1. Todo, hasta su matrimonio, estaba enfocado para ser mejor piloto. "La felicidad es el enemigo, te debilita", afirmaba.
Se pueden imaginar quién era el piloto más querido por la afición, prensa o compañeros de profesión. Querido, que no respetado. Lauda, por motivos que no desvelaré, se ganó la máxima admiración de cualquiera que aprecie el valor de la vida y la pasión o dedicación por su trabajo. Es difícil encontrarle fallos a una película que deja muchas enseñanzas. Yo me quedo con la necesaria rivalidad para que uno pueda superarse a sí mismo, a la historia y, en el caso de Lauda, a sobrevivir. Sin embargo, aquí da igual quién gane; de hecho, es probable que lo olviden con el paso del tiempo. Es el espectador quien se lleva el Gran Premio.
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