Ni una vuelta ha podido dar Fernando Alonso al circuito Red Bull Ring de Spielberg, escenario del Gran Premio de Austria de Fórmula Uno. El asturiano, que ha vuelto al motor antiguo del monoplaza McLaren-Mercedes, protagonizó una buena salida, llegando a ganar dos posiciones —había salido duodécimo—, pero sufrió un toque por detrás del piloto ruso Daniil Kvyat (Toro Rosso) y su coche salió muy mal parado, teniendo que abandonar en la primera vuelta.
"Muchos daños en el coche, están jugando a los bolos", se quejó por la radio del equipo Alonso, que tuvo que abandonar en la primera vuelta junto al holandés Max Verstappen (Red Bull).
El de este domingo es el cuarto abandono que sufre Alonso esta temporada en el Mundial de Fórmula Uno —tras los de Australia, China y Rusia—, a lo que hay que añadir el que protagonizó hace un mes y medio en las 500 Millas de Indianápolis.
Ya en zona mixta, tras haberse bajado del coche, el asturiano mostraba sus impresiones ante los medios de comunicación: "Es una pena porque había salido bien, pero esto no está en nuestras manos. Había recuperado dos posiciones. En la primera curva nos tocaron (Kvyat) y arruinaron un par de carreras, pero es lo que hay".
Preguntado por las próximas pruebas del Mundial, el próximo domingo en Silverstone y el 30 de julio en Hungría, el ovetense dijo que "esperan carreras difíciles, pero nada nuevo". "Seguramente en Silverstone o Hungría volvemos al motor Espec 3 y saldremos últimos", decía un resignado Fernando Alonso.
Al igual que el ovetense, quien también ha tenido que abandonar es el otro es español en liza, Carlos Sainz (Toro Rosso), que se tuvo que retirar en la vuelta número 46, a 25 para el final de la carrera. El madrileño, que había salido desde el décimo puesto de parrilla, tuvo que retirarse debido a un problema de motor.