La relación entre McLaren y Honda está cada vez más cerca de romperse después de dos años y medio repletos de decepciones. El 16 de mayo de 2013 se anunció el regreso de Honda como suministrador de motores de la escudería británica a partir de 2015. Pero lo cierto es que el equipo de Woking no ha dado pie con bola con el fabricante japonés, y Fernando Alonso lo ha sufrido en sus carnes.
El piloto español ha disputado seis de las siete carreras que llevamos de Mundial de Fórmula 1 esta temporada —se perdió el Gran Premio de Mónaco al preferir correr en las 500 Millas de Indianápolis—. De esas seis, ha abandonado en cinco —la última de ellas el pasado fin de semana en Canadá— y en la única que ha acabado, hace un mes en Montmeló, se quedó fuera de los puntos al acabar en duodécima posición. Un bagaje ridículo para todo un bicampeón del mundo.
En McLaren están desesperados y a punto de firmar el divorcio con Honda. "Es difícil encontrar las palabras correctas para expresar nuestra decepción o nuestra frustración y nuestra tristeza" con el fabricante japonés, afirma Eric Boullier, jefe de la escudería inglesa.
El pasado domingo, en Montreal, en McLaren soñaron con que Alonso lograra su primer punto en el Mundial 2017 tras seis carreras —se dice pronto—. El asturiano marchaba décimo, pero la enésima rotura del motor hizo abandonar nuevamente al piloto español, que se fue a celebrarlo con la grada. El sueño se esfumó cuando Alonso estaba terminando la carrera. Una vez más, la cruda realidad acabaría poniendo en su sitio a los de Woking, impotentes ante este cúmulo de frustraciones.
"Lo que esperábamos era un premio pequeño: un solo punto en el campeonato del mundopara Fernando, que había pilotado magníficamente, y que ha pilotado de manera magnífica cada tarde de carrera desde hace dos años y medio", dijo Boullier. "Pero tras tanta fatiga y angustia, incluso ese solitario punto nos habría hecho sentir como una victoria. Pero llegó otro desgarrador fracaso".
El divorcio McLaren-Honda parece inminente, sólo falta ponerle fecha para que se termine haciendo efectivo.