Fernando Alonso no despierta del sueño americano. Después de la aciaga temporada que está viviendo en la Fórmula Uno, el ovetense ha decidido probar fortuna en la Indycar —la categoría de monoplazas más importante de Estados Unidos— y concretamente en las 500 Millas de Indianápolis, que está considerada como una de las tres carreras más famosas del automovilismo mundial junto a las 24 Horas de Le Mans y el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1.
¿Por qué esta experiencia de Alonso en la Indycar? Además del motivo obvio de su frustrante año en el gran circo de la F1 con McLaren-Honda (abandonó en las tres primeras carreras en Australia, China y Bahrein, el coche le dejó tirado en la vuelta de formación en Rusia y en Montmeló se tuvo que conformar con un discretísimo duodécimo puesto), el asturiano decía la semana pasada que necesita estar en la Indy 500 porque es "adonde pertenezco".
"Estaré en Indianápolis, compitiendo en el Brickyard, porque lo necesito. La Indy 500 es uno de los mayores eventos deportivos, y los pilotos de todo el mundo lo saben. Yo pertenezco allí porque soy un piloto de carreras. Siempre lo he sido y siempre lo seré", se sinceró Alonso la semana pasada, en un texto de algo más de 1.500 palabras, en The Players Tribune, una publicación estadounidense que se dedica a difundir contenidos y textos escritos por los propios deportistas profesionales.
"He vuelto a hacer lo que me gusta: aprender. Una pista nueva, un coche nuevo, un mundo nuevo...", añadió el asturiano, campeón del mundo de Fórmula Uno en 2005 y 2006 con Renault, que el próximo domingo se perderá la sexta carrera del Mundial de F1, en Mónaco, para poder participar en las 500 Millas de Indianápolis junto a otros 32 pilotos —entre ellos el español Oriol Serviá—.
Una prueba desconocida para él y para el gran público español en general. Sin embargo, por lo que ha demostrado hasta el momento, Alonso parece que lleve corriendo toda la vida en esta categoría de la Indycar. Después de sus deslumbrantes actuaciones en los entrenamientos libres, el pasado fin de semana fue a más, primero colándose el sábado entre los nueve pilotos más rápidos para poder luchar por la pole —fue séptimo— y luego, el domingo, acabando quinto en el denominado Fast Nine, tras haber rodado a una media de 231,300 millas por hora (372,241 km/h). De esta forma, el ovetense partirá desde la segunda fila en la carrera del próximo domingo 28 de mayo, que comenzará a las 18:00 (hora peninsular española).
Una carrera en la que Alonso se encontrará con un buen puñado de diferencias con respecto a la Fórmula Uno. Empezando por la duración de la prueba: mientras una carrera del gran circo suele durar aproximadamente una hora y 35 minutos en condiciones normales, la Indy500 se va hasta las tres horas de duración, con la principal característica de que el ganador no se establece por tiempo —algo que en óvalos es poco significativo debido a las escasas diferencias—, sino en base al promedio de velocidad en millas por hora, en una carrera que será presenciada por unos 350.000 espectadores que abarrotarán el Indianapolis Motor Speedway. Además, si llueve en las 500 Millas de Indianápolis, la carrera se suspende automáticamente.
El Indianapolis Motor Speedway es un óvalo con una longitud de 4,023 kilómetros, en el que los pilotos deben completar 200 vueltas para cruzar la meta, por lo que los coches están configurados con unos reglajes específicos. Dos larguísimas rectas y cuatro curvas forman el recorrido.
En la Indy 500, por el tipo de circuito, se corre a una mayor velocidad —a una media de 370 km/h por vuelta— que en la Fórmula 1. Además, en las 500 Millas de Indianápolis, los coches están mucho más cerca unos de otros, con lo que se requiere una técnica de conducción distinta a la del gran circo.
Respecto a los coches en sí, los de las Indycar Series todos tienen chasis Dallara y hay dos motores: Chevrolet y Honda. Este último será el que utilice Fernando Alonso en su nueva andadura, formando parte del equipo Andretti Autosport Honda. En la Fórmula Uno hay diez chasis diferentes —cada escudería tiene el suyo propio— y cuatro motores —Mercedes, Ferrari, Renault y Honda—.
Además, cabe destacar que mientras los coches de Fórmula 1 se manejan mejor y son más rápidos en los circuitos tradicionales, los de la Indycar ruedan a mayor velocidad en estos circuitos tipo óvalo, que es para lo que están hechos.
Muchas diferencias y una sola coincidencia en el que coche que vienen utilizando en el Mundial de Fórmula 1 y el de la Indy500: ambos son de color naranja. Pero eso poco importa.
Características de los coches
McLaren MCL32 (Fórmula 1)
Chasis: Fibra de carbono con una suspensión de tipo push rod
Medidas: 5 metros de largo por 1,8 de ancho
Motor: Honda RA617H (V6 Turbo Honda con 800 caballos de potencia)
Peso: 702 kilos
Frenos: Discos con pastillas de acero
Velocidad máxima: 372 km/h
Proveedor neumáticos: Pirelli (proveedor único desde 2011)
Dallara DW 12 Honda (Indycar)
Chasis: Fibra de carbono, con kevlar monocasco, con suspensión trasera y delantera de doble trapecio
Medidas: 5,002 metros de largo por 2,001 de ancho
Motor: Chevy IndyCar V6 (Honda V6 Turbo de 2.2 litros con 700 caballos)
Peso: 712 kilos en los óvalos, 726 en el caso de los circuitos cerrados
Frenos: Discos de carbono Brembo con pastillas de aluminio
Velocidad máxima: 414 km/h
Proveedor neumáticos: Firestone (Firehawk)