Jorge Lorenzo es un adicto a la velocidad. El piloto mallorquín cumplió uno de sus sueños esta semana al pilotar un monoplaza de Fórmula1. Fue un Mercedes F1 W05 en el circuito británico de Silverstone.
Jorge Lorenzo, que calificó la experiencia de "un sueño hecho realidad", pilotó primero un coche de Fórmula 2 y pasó por el simulador antes de ponerse al volante del Mercedes F1 W05 híbrido.
"Ha sido un día increíble. Incluso estoy muy satisfecho con el tiempo marcado en la última vuelta. Los ingenieros me han dicho que mis registros han sido bastante competitivos", señaló.
Y tanto que los tiempos de Lorenzo fueron extraordinariamente competitivos. Jorge dejó boquiabiertos a todos los presentes en la sesión de la tarde. El balear voló, literalmente. Lorenzo fue capaz de rebajar en un segundo el crono que Nico Rosberg marcó en unos tests de febrero de este mismo año con el Mercedes con el que lidera la clasificación actual.
Es verdad que hay que tener en cuenta que ni las condiciones meteorológicas ni las de la pista son las mismas. Ni el coche lo era. "Ahora le queda la duda de saber qué hubiera hecho Rosberg el mismo día y con el mismo coche", señalan. Aún así, Lorenzo maravilló con su excelso pilotaje y dejó la impresión de que podría, perfectamente, ser competitivo en el Gran Circo. Madera de piloto, dicen.
Lorenzo, emocionado, se mostró sorprendido de "lo suave" que va el monoplaza. "Esperaba que fue más nervioso y complicado", dijo Jorge, que destacó "la dirección, el motor... Todo".
Jorge Lorenzo explicó que el bólido es "bastante fácil de conducir". "Es muy rápido y la adherencia es irreal", comentó.
"Al principio notas la enorme potencia, pero enseguida te acostumbras porque es similar al de una MotoGP. En las curvas es otro mundo; puedes pasar por ellas 40 kilómetros por hora más rápido. El agarre que puede soportar el coche acelerando a fondo en las curvas rápidas es una locura", dijo.