El alemán Nico Rosberg (Mercedes), quinto en la primera sesión, en la que había sufrido un accidente, remontó y acabó dominando los entrenamientos libres para el Gran Premio de Singapur, en los que su compañero y rival inglés Lewis Hamilton, líder del Mundial de Fórmula Uno, no pasó del séptimo puesto, al sufrir un problema hidráulico en su coche en el segundo acto.
Rosberg, que tras ganar las primeras cuatro carreras del año tuvo 43 puntos de ventaja sobre el británico y se fue de vacaciones 19 por detrás de él, se acercó a sólo dos tras ganar en la reanudación del certamen las dos últimas carreras, en Spa-Francorchamps (Bélgica) y Monza (Italia); y este viernes aprovechó el contratiempo sufrido por el triple campeón del mundo, que sólo dio diez vueltas en el segundo ensayo, para intentar meterle más presión.
Nico, que en Monza logró su séptimo triunfo del año y aumentó a 21 sus victorias en F1, marcó la vuelta rápida de los entrenamientos libres en la segunda sesión -en horario nocturno, el de la carrera del domingo-, en la que se anotaron los mejores tiempos de una jornada en la que los que los españoles Carlos Sainz (Toro Rosso) y Fernando Alonso (McLaren) fueron octavo y noveno, respectivamente.
El hijo de Keke -que ganó para Finlandia y Williams el Mundial de 1982- cubrió, con neumáticos de compuesto ultrablando, los 5.065 metros de la pista de Marina Bay (a la que el domingo está previsto que se den 61 vueltas, en sentido inverso al del movimiento del reloj) en un minuto, 44 segundos y 152 milésimas, 275 menos que el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari).
Por detrás de ellos, en la tabla de tiempos acabaron los pilotos de Red Bull, que habían sido, por ese orden, los mejores del primer ensayo, que arrancó con luz solar y acabó de noche: el holandés Max Verstappen -a 380 milésimas de Rosberg-, ganador del Gran Premio de España, donde se convirtió en el más joven ganador de la historia de la F1; y el australiano Daniel Ricciardo, a 405 milésimas de Nico.
Hamilton, marcó el séptimo tiempo, a segundo y medio de su compañero y rival alemán -asimismo de 31 años-, al que aventaja en dos puntos en la general del campeonato (250 frente a 248), que alcanza en Singapur la decimoquinta de sus veintiún etapas. Pero el inglés marco su tiempo con neumático superblando -que junto al ultra y al blando, integra los tres compuestos que se emplean en seco en el decimoquinto Gran Premio de los veintiuno que integran el Mundial-, porque su sesión acabó antes de tiempo, al parecer debido a un problema hidráulico en su Mercedes.
Escudería que domina por tercer año consecutivo un Mundial en el que sólo el citado Verstappen impidió, en Montmeló (Barcelona), un pleno de victorias de las flechas de plata. El madrileño Sainz, que aspira volver a los puntos tras tres carreras sin hacerlo, fueoctavo en los entrenamientos, con un tiempo de un minuto, 45 segundos y 507 milésimas; y acabó la jornada un puesto por delante de Alonso. Que, al igual que hiciera Hamilton -que no renunciará a buscar en Marina Bay su triunfo 50 en F1- durante la primera parte del ensayo de la tarde, aún con luz solar, rodó con el halo protector sobre el cockpit de su monoplaza.
El doble campeón mundial asturiano (2005 y 2006, con Renault), que ganó el estreno de Singapur en el calendario de la F1 en 2008, con esa escudería, y repitió éxito dos años después, con Ferrari, invirtió 272 milésimas más que su compatriota.
Los mexicanos Sergio Pérez -que espera anunciar antes del siguiente Gran Premio, dentro de dos semanas, en Japón, si sigue un año más en Force India- y Esteban Gutiérrez (Haas) fueron undécimo y decimotercero en la calurosa y húmeda noche de Singapur. Checo, octavo en el Mundial, con 62 puntos, y que viene de ser quinto en Spa y octavo en Monza, giró en un minuto, 46 segundos y 63 milésimas, a casi dos segundos de Rosberg. Esteban, que aún busca inaugurar su casillero de puntos este año, giró en 1:46.727.
Este sábado todos podrán seguir con sus probaturas en el tercer y último entrenamiento libre, previo a la calificación que ordenará la parrilla de salida de la carrera del domingo, en una pista urbana, bacheada, de bajo agarre, fuertes pianos y barreras próximas. La cronometrada principal será vital: seis de los ocho ganadores en Marina Bay -donde la probabilidad de entrada de un safety car es alta y en la que se suele llegar al límite de dos horas de duración- festejaron su victoria después de haber arrancado la prueba desde la pole.