Lewis Hamilton es rebelde por naturaleza. A pesar de que el jefe de su equipo, Toto Wolff, advirtió que Mercedes podría cambiar de pilotos si la situación entre Rosberg y Hamilton seguía por ese camino de espinas y cantos, en vez del silencio y la reflexión, la respuesta del piloto inglés, que llega tan sólo 24 horas después de la reprimenda de su 'Boss', es un pulso en toda regla a Nico Rosberg y a su propia escudería.
Lewis concedió una entrevista a la BBC, la cadena de radiotelevisión pública de Reino Unido, en la que soltó órdagos como: "Rosberg se queja mucho porque es su forma de ser" o "no deberían llamarnos compañeros de equipo".
Hamilton recalcó el carácter quejica del piloto teutón. "Habéis visto que Nico se queja de muchas cosas, pero no le doy importancia porque él es así, es su forma de ser. Supongo que venimos de mundos diferentes".
Insistió Hamilton que no es ni puede ser amigo de Rosberg. Su amistad se rompió a los 13 años cuando ambos comenzaron a verse las caras en pista. "Éramos amigos cuando éramos niños y así era esto. No hemos sido amigos cercanos últimamente. Los medios normalmente hacen más dramático todo lo que ocurre entre nosotros, más de lo que realmente es. Nico tiene su grupo de amigos, yo tengo el mío. No vamos a comer juntos, no queremos divertirnos juntos, no vamos a ver películas juntos, no quedamos", aclaró.
Habrá que ver como reacciona Mercedes al pulso de un Hamilton, que da la impresión de estirar demasiado la cuerda buscando, quien sabe, quizás, que se rompa por uno de los dos lados.