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Fórmula 1

¿Cómo puede ayudar la Fórmula Uno a salvar vidas de niños en hospitales?

La tecnología aplicada de la Fórmula Uno tiene un reflejo directo en los centros hospitalarios.

¿Alguna vez pensó que la tecnología aplicada en un coche de Fórmula 1 podría salvar vidas? Y no precisamente la de los pilotos gracias a los sistemas que se prueban en las pistas y después se implementan en los monoplazas. Esto va mucho más allá.

Por muy diferente que parezca el cuerpo humano y los monoplazas, ambos tienen un punto en común muy importante, para poder entenderlos y cuidarlos correctamente, se necesita monitorearlos, de modo que sepamos qué es lo que pasa en su interior.

En la era moderna de la máxima categoría del automovilismo la ECU (Electronic Control Unit) se ha convertido en el cerebro del monoplaza. Además de encargarse de establecer la secuencia de circuitos que se activan cada vez que se presiona un botón por parte del piloto, sirve de almacén donde todos los sensores descargan la información recabada durante las pruebas y la envía de forma inmediata a los ingenieros en el pitwall, los pits e incluso pueden mandarla directamente a la fábrica.

Así, mientras el piloto va completando vueltas al circuito en cuestión, los ingenieros pueden tomar decisiones para mejorar los tiempos, además de saber el estado del motor, el consumo de gasolina, el desgaste de los neumáticos, entender algunas cosas de la aerodinámica, verificar el sistema hidráulico... Los datos se envían por telemetría al garaje a una velocidad de 2 a 4 Mb por segundo y son alrededor de 750 millones de registros los que se obtienen en una carrera de 2 horas.

Gracias a esta información ha sido posible detectar patrones que advierten de un posible fallo en alguno de los sistemas o mecanismos que controlan el vehículo, convirtiendo los datos en conocimiento y permitiendo que se tomen las medidas para corregir dicho fallo antes de que afecte el funcionamiento de todo el monoplaza.

¿Cómo se instaló la ingeniería telemétrica?

Un encuentro fortuito entre una pediatra, Heather Duncan, y un ingeniero de Fórmula Uno, fue el desencadenante.

De este afortunado encuentro surgió la idea de aplicar los sistemas de mediciones en tiempo real de las carreras a los pacientes. De esta forma se obtienen, mediante multitud de sensores, mediciones muy precisas sobre diversas constantes vitales del paciente. Además, lo interesante es que la obtención de estos datos se consigue en tiempo real, no a intervalos, como suele ser habitual.

La idea era conseguir que este tipo de problemas se vuelvan predecibles teniendo tiempo de actuar antes de que ocurra un fallo cardíaco, porque tal como pasa en las carreras de Fórmula Uno, cuando las cosas empiezan a salir mal existe un tiempo de reacción mínimo.

Lo que se hizo fue instalar el sistema usado en la ECU de los F1 en los ordenadores del hospital, pudiendo medir así la presión sanguínea, nivel de oxigenación, respiración y los latidos del corazón. Este sistema puede tomar 125 mediciones del corazón por minuto por lo que da mayor información de lo que sucede en cada momento.

Estos parámetros son recolectados por medio de un monitor y se transfieren en tiempo real al Sistema Vinculado de Adquisición de Telemetría Avanzada (ATLAS por sus siglas en inglés) para el análisis de los coches de F1. Además el programa puede ir almacenando todos los cambios, para ir creando un completo historial de la evolución de cada paciente.

No conformes con esto, también equiparon las ambulancias con sistemas que usando tecnología 3G envían información al hospital sobre el paciente desde el primer momento.

Duncan, la pionera de está increíble iniciativa, explica el proceso: "Llevó mucho tiempo trabajando codo a codo con la Fórmula Uno para que nos ayuden a desarrollar un sistema de aviso precoz para deterioros críticos. Estos pacientes, cuando llegan a cuidados intensivos ya llevan un tiempo con su enfermedad. Cuando miraba estos casos me preguntaba si no podíamos haber detectado su deterioro antes. Buscábamos un sistema de alerta temprana para niños y ahora recibimos información constante. Este programa puede aprender y adaptarse a cada paciente y ha cambiado completamente la forma en que los asistimos. Además nos permite recoger multitud de datos de pacientes, los cuales podemos utilizar en modelos más avanzados para poder predecir qué va a pasar en el futuro".

Los resultados de la implementación de estas tecnologías no se hicieron esperar. Al contar con un programa que alerta de manera temprana sobre posibles problemas cardiácos de niños que se encuentran en el hospital, de 18 casos que ocurrían al año con un 66% de mortalidad, a la fecha se tienen solo 4 casos al año con un 0% de mortalidad.

Giuliano Salvi, Scuderia Ferrari Performance Engineer, que se encarga del seguimiento de Kimi Raikkonen durante y después de las carreras, lo tiene claro: la telemetría es una oportunidad única para miles de pacientes que necesitan una supervisión continua para tratar sus problemas. Hoy en día, en el hospital de Birmingham, más de 3.000 pacientes están conectados a sistemas telemétricos.

Por esta historia y muchas más, Santander apoya proyectos e iniciativas de la Fórmula 1 que permiten avanzar a la sociedad y mejorar aspectos tan importantes en nuestra vida como la atención sanitaria.

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