De puertas para afuera el optimismo sigue reinando en el equipo McLaren Honda. El pésimo rendimiento del monoplaza, las continuas averías y la escasa mejora desde que comenzó la temporada no han cambiado el discurso de pilotos y miembros del equipo. Todos piden paciencia a los aficionados y aseguran que esta temporada se ha convertido en un gran banco de pruebas de cara a la próxima temporada.
Fernando Alonso ha asumido el reto de crear un coche ganador desde cero, pero es inevitable mirar hacia el garaje de Ferrari y ver el paso adelante que ha dado la escudería italiana. En el paddock crecen las opiniones que aseguran que el español se ha equivocado, que este año habría podido luchar por el mundial si hubiera permanecido con los italianos.
El asturiano ha regresado a unos resultados que no había repetido desde hace 14 años. Suma cuatro abandonos en seis carreras, algo que no sucedía desde su primera temporada en la Fórmula 1 con la escudería Minardi y es, junto a los de Manor, uno de los tres pilotos que todavía no ha puntuado esta temporada.
Por primera vez, en Montreal se pudo ver cómo la paciencia del asturiano flaqueaba. "No quiero, no quiero. No puedo conducir como un piloto amateur. Así que haré la carrera y luego me concentraré en el combustible", respondió Alonso a las comunicaciones de su ingeniero de pista cuando le pidió que ahorrase gasolina desde los primeros compases del gran premio.
La tensión por la bicefalia del equipo ha comenzado a crecer. En McLaren cada vez se cuestionan más el papel del fabricante japonés Honda, cuyo trabajo está lejos del esperado y parece no vivir con la prisa y la inmediatez que exige la actual Fórmula 1. "Si el año que viene es como éste, por supuesto que sí. Estoy seguro de que Alonso se volvería loco, pero no creo que lo haga", ha asegurado el director del equipo, Eric Boullier, intentando restar importancia al peor momento de Fernando Alonso.