Mientras Michael Schumacher continúa estable, dentro del estado crítico en el que se mantiene desde que el pasado día 29 se golpease la cabeza en un accidente de esquí, el hospital de Grenoble y la familia del piloto han decidido aislar cualquier información sobre su estado.
Los familiares del alemán están molestos desde que el pasado 31 de diciembre un periodista disfrazado de cura intentase colarse en el centro hospitalario. La representante del siete veces campeón del mundo, Sabine Kehm, insistió en pedir respecto a la privacidad de la familia y rogó a los medios guardar las distancias.
"Puedo asegurar que hay seguridad porque tenemos constantes intentos de los medios y de personas para intentar acercarse", afirmó Kehm sobre las medidas llevadas a cabo para preservar la intimidad de Schumacher y su familia.
Por ello, el hospital ha decidido reforzar aún más las medidas de seguridad en torno a la habitación del piloto. La dirección decidió expulsar a los medios de comunicación de la puerta principal del centro. Ahora, permanecen apostados en un recinto adyacente, junto al cada vez más numeroso grupo de aficionados que acuden a rezar por el kaiser.
La esposa de Schumacher, Corinna, sus dos hijos -Gina Maria y Mick- y su hermano Ralf son de las pocas personas que están autorizadas a permanecer en la quinta planta de la Clínica Universitaria de Grenoble, en la que se ha instalado un dispositivo de seguridad para impedir el acceso a intrusos.