Todo pintaba muy negro en Austin después de la jornada de calificación. Sebastian Vettel lograba el mejor tiempo. Fernando Alonso sólo el noveno, aunque saldría desde la octava posición por la sanción de cinco plazas a Grosjean. Eso, con los diez puntos de desventaja del español respecto al alemán, hacía temerse la sentencia en Estados Unidos.
Pero no. El piloto español ha vuelto a sacar lo mejor de sí mismo para seguir con vida. Eso, y dos detalles clave: la alianza con Lewis Hamilton, que arrebató la victoria a Vettel con una carrera magnífica; y la estrategia de Ferrari –por llamarlo de alguna manera–, que provocó que Alonso ganara una posición y saliera desde el lado limpio antes de comenzar la carrera con el cambio en la caja de cambios de Felipe Massa, y la consiguiente penalización de cinco plazas.
Pero todo eso, sin magia, no vale para nada. Y magia es lo que hizo Fernando Alonso en la salida. En la primera curva había adelantado a tres coches. ¡Tres! De la séptima plaza pasó a la cuarta como si nada.
En esa misma salida Mark Webber se colocaba segundo, pero poco le iba a durar la alegría al australiano. Primero le adelantó Hamilton, y poco después vio cómo su coche se paraba, dando por finalizada su aventura estadounidense antes de tiempo. Algo que, de paso, sirvió en bandeja el podio de Alonso, quien sólo se tuvo que preocupar durante unas vueltas ante la presión de Kimi Raikkonen. Hasta que Felipe Massa adelantó al finlandés, haciéndole otro favor al asturiano.
Por delante, Hamilton presionaba y presionaba a Vettel, hasta que a falta de quince vueltas logró adelantarle. No se iba a rendir fácilmente el de Red Bull, que sin embargo ya no pudo seguir la estela del británico.
Aunque si hablamos de espectáculo, desde luego fue la batalla que se vivió durante los dos primeros tercios por la cuarta plaza. Hasta seis coches se fueron alternando en las posiciones intermedias, adelantándose unos a otros como si una carrera de Moto3 se tratara. Al final, el premio se lo llevó Massa, por delante de Button, Raikkonen, Grosjean, y Hulkenberg.
Una magnífica carrera la vivida en Austin, y que deja todo abierto de cara al último Gran Premio, la semana que viene en Brasil. Vettel, obviamente, es el favorito; pero con Fernando Alonso de por medio, nada puede darse por hecho. Trece puntos es salvable. Sólo necesita ganar, y que el alemán sea, como mucho, quinto. ¿Complicado? Desde luego. ¿Imposible? Para nada. El partido continúa.