El número uno del tenis mundial, Rafael Nadal, ha saldado cuentas con el croata Marin Cilic (6-2, 6-4 y 6-3), uno de los cuatro jugadores en activo que mantenía un saldo favorable en los duelos, y, sin dar los síntomas de excesiva fatiga de choques anteriores, ha sacado adelante su compromiso de cuarta ronda para alcanzar los cuartos de final del Abierto de Australia.
El balear, ataviado con la misma indumentaria que en los partidos anteriores aunque aparentemente de un tallaje superior, se cita con David Ferrer, lo que garantiza la presencia de un español en semifinales. Nadal ha conseguido su vigésimo quinto triunfo consecutivo en torneos del Grand Slam para alcanzar la cita de cuartos de final. Fue su tope el pasado año, cuando abandonó antes del final, lesionado, el choque ante el británico Andy Murray, a quien también avista ahora, de lejos, en una posible semifinal.
Marin Cilic era un rival de más reputación que los adversarios previos a los que el español se ha enfrentado en el primer Grand Slam del curso. Sin gasto excesivo, pasó por encima de raquetas sin repercusión, como el brasileño Marcos Daniel, el estadounidense Ryan Sweeting, procedente de la fase previa, o el prometedor tenista australiano Bernard Tomic. Esta vez la exigencia ha sido mayor para el balear que, no obstante, ha sacado adelante el duelo contra Cilic, semifinalista en Melbourne en 2010, sin dejarse un set.
El partido advirtió mala pinta para el balcánico desde el principio, cuando de entrada cedió su saque a Nadal. Fue ya con el viento a favor el español, que se apuntó el parcial, de casi una hora, sin más contingencias que una amenaza de break por parte de su adversario. Cilic acumulaba errores (47) mientras el español aunaba méritos para labrar el triunfo. Incapaz de amenazar el del rival, el croata perdió su servicio, una de sus armas más fiables, en el séptimo juego del segundo y tercer set. Más que suficiente para que el español saldara cuentas y cerrara el partido en poco más de dos horas y media de juego.
Ferrer acaba con el efecto Raonic
A Rafa Nadal le espera ahora su compatriota David Ferrer. El de Jávea, número siete del mundo, ponía horas antes fin al efecto Milan Raonic, una de las sensaciones del Abierto de Australia, al vencerlo por 4-6, 6-2, 6-3 y 6-4 en poco más de dos horas y media. Raonic, canadiense de 20 años, era el más joven de los supervivientes que habían accedido a octavos. Debutante en el torneo, había dejado por el camino a rivales reputados como el alemán Bjorn Phau (7-6, 6-3 y 7-6), el francés Michael Llodra (7-6, 6-3 y 7-6) y, sobre todo, al ruso Mijail Youzhny (6-4, 7-5, 4-6 y 6-4), décimo favorito.
El primer tenista procedente de la fase previa que accedió a los octavos en Melbourne Park tras el chipriota Marcos Baghdatis en 2005, fijado por la ATP en el puesto 152 del ránking, se topó con la solidez del español. Es David Ferrer un jugador que no hace concesiones. Óptimo físicamente, como es el caso, es difícil de superar. No da tregua y obliga a su adversario a un gasto extremo.
No era el caso del canadiense, acomodado en las virtudes de un juego más acelerado. Dificultado en sus movimientos a causa de su estatura (196 centímetros), sostiene sus triunfos en un saque brutal. De hecho, tiene el servicio más veloz del torneo –230 kilómetros por hora– que le ha llevado a acabar su participación con 94 saques directos. No bastó ante el jugador de Jávea, uno de los mejores restadores del circuito.
No pudo mantener la precisión Raonic, sin argumentos ante la respuesta del español. Ni siquiera se sosegó tras conquistar el primer set, después de provocar una rotura sobre el de su rival. Raonic, que acabó pagando su juventud y su falta de experiencia, echó fuera innumerables pelotas –68 errores no forzados por diez del español–, que dejaron en nada los puntos ganadores que se apuntó (57). Al final, triunfo de David Ferrer, que ha alcanzado los cuartos de final para igualar su mejor actuación en Melbourne, en 2008.
Murray presenta su candidatura
También sigue adelante el británico Andy Murray, quinto favorito, que ha ganado por la vía rápida (6-3, 6-1 y 6-1) al austriaco Jürgen Melzer, undécimo preclasificado. El escocés ha apretado el acelerador en el inicio de la segunda semana. Tiene entre ceja y ceja la conquista de un Grand Slam, un éxito que se le resiste y que le falta para dar lustre a un poblado palmarés.
El jugador de Dunblane, que hasta ahora no ha cedido un solo set en todo el torneo, tardó una hora y media en despachar a Melzer, contra el que nunca ha perdido. Murray siempre mantuvo a raya a su adversario. Frenó cualquier intento de amenaza del centroeuropeo, que dispuso de dos ocasiones de hacer break y meterse en el partido, pero no las aprovechó.
Murray se enfrentará en cuartos de final al ucraniano Alexandr Dolgopolov, que ha protagonizado la gran sorpresa de la jornada al derrotar al sueco Robin Soderling, número cuatro del mundo, por 1-6, 6-3, 6-1, 4-6 y 6-2 en dos horas y 36 minutos. Dolgopolov, de 22 años, situado en el puesto 46 del ránking y debutante en el Abierto de Australia, venía de ganar al ruso Mijail Kukushkin, al alemán Benjamin Becker y, sobre todo, al francés Jo-Wilfried Tsonga, finalista en 2008.
Dolgo ha dejado en evidencia al sueco, negado en Australia y que había llegado a los octavos de final sin perder un solo set. La facilidad con la que Soderling se había apuntado la primera manga fue ficticia porque su rival, convertido ya en el segundo ucraniano en alcanzar los cuartos en un Grand Slam después de Andrei Medvedv, reaccionó. Con menos errores que el sueco, Dolgopolov elaboraba el triunfo punto a punto sobre una pista que parecía estar hecha a su medida.