Ferrari consigue un ridículo doblete en el Gran Premio con menos coches de la historia de la Fórmula Uno
Michael Schumacher y Rubens Barrichello, los dos pilotos de Ferrari, han logrado los primeros puestos en un GP de Estados Unidos que pasará a la historia por convertirse en el más fraudulenta y con menos coches de todos los Mundiales. Sólo ellos y los pilotos de Minardi y Jordan tomaron la salida en Indianápolis después de que los que calzan Michelin decidieran quedarse en los boxes ante la evidente falta de seguridad. El público se mostró en todo momento disconforme con la organización y se lanzaron numerosos objetos a la pista.
Todo comenzó con el accidente de Ralf Schumacher en la fatídica curva del óvalo. El sábado Michelin informó a sus socios de que no sabía cómo resolver sus problemas y solicitó a la FIA la posibilidad de disputar la clasificatoria con los neumáticos desplazados a Indianápolis y la carrera con unos juegos correspondientes a la especificación que se empleó en el Gran Premio de España, en Barcelona, el pasado 8 de mayo, para lo cuál fletó un avión desde Francia en la tarde del sábado, en la que el italiano Jarno Trulli (Toyota) logró la tercera 'pole' de su carrera con el depósito casi vacío.
Tras numerosas reuniones hasta la noche del sábado, Michelin no consiguió convencer a la FIA de que permitiese un cambio de neumáticos que no contempla el reglamento -clasificatoria y carrera se deben disputar con el mismo juego- y al que se oponían, lógicamente, los equipos de Bridgestone -Ferrari, Jordan y Minardi-, que fueron los únicos que disputaron finalmente la carrera, ya que el resto se retiró tras el giro de formación. Los siete equipos Michelin se reunieron y decidieron presionar a la FIA con la amenaza de no correr, si ésta no ordenaba la requerida 'chicane', algo que no sucedió, ya que la Federación no cedió a estos ruegos, aferrándose al reglamento.
Poco después, tanto Jordan, como Minardi, se unían a la petición de la 'chicane' pero a la hora de la carrera cambiaron de opinión. El espectáculo, en todo caso, fue dantesco. En carrera quedaron los Bridgestone y, como era de esperar, ganaron los Ferrari, reduciéndose la prueba a la ficticia lucha entre el jefe y su segundo, que a punto estuvieron de chocar tras un regreso a pista de Schumacher que provocó el paseo de Barrichello en la primera curva, cuando se encontraron con el doblado Friesacher. "Schumi" sumó de esta forma su primera victoria del año y amplió a 84 su récord de triunfos; Barrichello se marchó con las mismas sensaciones que siempre; y Monteiro no cabía en su gozo: siempre podrá mostrar orgulloso la foto en la que se retrató en un podio de F-1.
Alonso salió beneficiado, indirectamente, de esta situación. El genial piloto asturiano mantiene los 22 puntos de ventaja sobre Raikkonen (59 frente a 37) y queda una carrera menos para la conclusión del Mundial, que cruzará su ecuador dentro de dos domingos en Magny Cours, donde se disputará el Gran Premio de Francia. Donde se espera que la Fórmula Uno vuelva a sus parámetros habituales. Porque lo sucedido en Estados Unidos ha sido, sencillamente, lamentable.
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