(Libertad Digital) Federer, tres veces campeón de la Copa Masters, ha sucumbido ante la mayor decisión, ilusión y empuje de González, que de esta forma se ha tomado cumplida venganza de la final del Abierto de Australia este año, donde el helvético le fulminó en tres sets. Animado por sus incondicionales seguidores y compatriotas, que se dejaron la garganta en el estadio Qi Zhong gritando "¡Chile, Chile, Chile!", y por la presencia de sus padres Patricia y Fernando en las gradas, González logró lo que había perseguido con saña desde que se midió por primera vez contra Federer en el Masters Series del 2004. Desde entonces hasta ahora, en diez enfrentamientos, sólo había logrado ganar dos sets al helvético.
El número uno se adjudicó el primer set casi sin despeinarse, pero en el segundo González ya exhibió las maneras para ganarle, y tras una hora y 27 minutos dispuso de los dos primeros puntos de ruptura sobre el suizo que hasta entonces había estado soberbio. Su tremenda derecha y, sobre todo, un formidable servicio en el desempate hicieron que González se escapara en este juego corto, principalmente tras ganar el tercer punto de este mini parcial, cuando intuyó un remate de Federer y colocó, con mucha fortuna, un globo inalcanzable. Luego marcó un 6-0 suficiente para ganar por 7-1 después.
En el tercero González tuvo que borrar la sonrisa de su cara pues pasó momentos de verdadero apuro con su servicio en el segundo -cuarto y octavo juego-, pero su moral estaba lo suficientemente reforzada para tutear a Federer y hacerle pensar, e incluso dudar. Una ruptura en el undécimo juego del tercer parcial hizo que el discípulo de Larry Stefanski viera cercana esa victoria tan soñada. Pese a todo cometió una doble falta, con 40-0, pero luego Federer envió una derecha fuera y el chileno lograba la gloria, tras dos horas y siete minutos, para imponerse y situarse líder del Grupo Rojo. La derrota no supone la eliminación de Federer, pero sí le complica la vida. Ahora el suizo tendrá que ganar ahora sus dos partidos, aunque su marcador ante Roddick (14-1) y Davydenko (10-0) le favorecen de sobra.
El número uno se adjudicó el primer set casi sin despeinarse, pero en el segundo González ya exhibió las maneras para ganarle, y tras una hora y 27 minutos dispuso de los dos primeros puntos de ruptura sobre el suizo que hasta entonces había estado soberbio. Su tremenda derecha y, sobre todo, un formidable servicio en el desempate hicieron que González se escapara en este juego corto, principalmente tras ganar el tercer punto de este mini parcial, cuando intuyó un remate de Federer y colocó, con mucha fortuna, un globo inalcanzable. Luego marcó un 6-0 suficiente para ganar por 7-1 después.
En el tercero González tuvo que borrar la sonrisa de su cara pues pasó momentos de verdadero apuro con su servicio en el segundo -cuarto y octavo juego-, pero su moral estaba lo suficientemente reforzada para tutear a Federer y hacerle pensar, e incluso dudar. Una ruptura en el undécimo juego del tercer parcial hizo que el discípulo de Larry Stefanski viera cercana esa victoria tan soñada. Pese a todo cometió una doble falta, con 40-0, pero luego Federer envió una derecha fuera y el chileno lograba la gloria, tras dos horas y siete minutos, para imponerse y situarse líder del Grupo Rojo. La derrota no supone la eliminación de Federer, pero sí le complica la vida. Ahora el suizo tendrá que ganar ahora sus dos partidos, aunque su marcador ante Roddick (14-1) y Davydenko (10-0) le favorecen de sobra.
Roddick supera su lesión a un motivadísimo Davydenko
Para Andy Roddick superar a Davydenko por quinta vez en su carrera ha sido algo más complicado, quizás porque el ruso puso todo su empeño en demostrar sobre la pista que la sanción de 2.000 dólares que recibió por parte de la ATP en el torneo de San Petersburgo, por no esforzarse lo suficiente, y las acusaciones recibidas en París-Bercy sobre su falta de combatividad no tienen fundamento. El ruso de origen ucraniano luchó desde el fondo, subió a la red y tuvo arrestos suficientes como para acallar a Roddick cuando el de Nebraska le rompió el servicio en el séptimo juego del segundo set, y levantó todo ufano el brazo y el dedo índice sintiéndose ya ganador. Nikolay no sólo le devolvió la moneda en el juego siguiente, sino que ganó dos más para nivelar el partido.
El duelo había comenzado con superioridad del americano, porque el saque del ruso no pasaba de los 170 kilómetros por hora, pero en el momento en el que Davydenko calentó el hombro, cambió radicalmente. Pese a todo su esfuerzo, Roddick fue superior al ruso. Y eso que tenía dos inconvenientes de su lado: la ausencia de su entrenador Jimmy Connors, que este año no le ha acompañado a Shanghai, pero con el que confirmó que seguirá trabajando en el 2008, y la falta de partidos y rodaje consiguiente desde su lesión de rodilla a finales de septiembre. Desde entonces Roddick sólo ha jugado un partido, en Lyon, donde perdió contra el francés Fabrice Santoro en primera ronda, para borrarse de la lista después en los Masters Series de Madrid y París-Bercy.
El brazo de Roddick se mantuvo fuerte, y llegó a servir a 224 kilómetros por hora, pese a lo que sólo conectó nueve 'aces'. Pero su fuerza le disparó en el tercer set. También se mostró nervioso en la pista, con ansiedad, lanzando su raqueta contra el suelo varias veces disgustado con su errores no forzados. Quizás porque quería probarse así mismo para el duelo del contra Federer, ante quien dispuso de tres bolas de partido el año pasado aquí. La final de Copa Davis Estados Unidos-Rusia, que se disputará del 30 de noviembre al 2 de diciembre en el Memorial Colliseum de Portland (Oregón), también debió pasar por la mente de Roddick, que volvería a enfrentarse con Davydenko, como los dos números uno de sus respectivos equipos.
El duelo había comenzado con superioridad del americano, porque el saque del ruso no pasaba de los 170 kilómetros por hora, pero en el momento en el que Davydenko calentó el hombro, cambió radicalmente. Pese a todo su esfuerzo, Roddick fue superior al ruso. Y eso que tenía dos inconvenientes de su lado: la ausencia de su entrenador Jimmy Connors, que este año no le ha acompañado a Shanghai, pero con el que confirmó que seguirá trabajando en el 2008, y la falta de partidos y rodaje consiguiente desde su lesión de rodilla a finales de septiembre. Desde entonces Roddick sólo ha jugado un partido, en Lyon, donde perdió contra el francés Fabrice Santoro en primera ronda, para borrarse de la lista después en los Masters Series de Madrid y París-Bercy.
El brazo de Roddick se mantuvo fuerte, y llegó a servir a 224 kilómetros por hora, pese a lo que sólo conectó nueve 'aces'. Pero su fuerza le disparó en el tercer set. También se mostró nervioso en la pista, con ansiedad, lanzando su raqueta contra el suelo varias veces disgustado con su errores no forzados. Quizás porque quería probarse así mismo para el duelo del contra Federer, ante quien dispuso de tres bolas de partido el año pasado aquí. La final de Copa Davis Estados Unidos-Rusia, que se disputará del 30 de noviembre al 2 de diciembre en el Memorial Colliseum de Portland (Oregón), también debió pasar por la mente de Roddick, que volvería a enfrentarse con Davydenko, como los dos números uno de sus respectivos equipos.