L D (EFE) La carrera de los Ferrari, y de Schumacher en particular, ha vuelto a ser perfecta. Primera fila de salida, primera posición de principio a fin de carrera y vuelta rápida. Este ha sido el balance aplastante de los coches rojos en este Gran Premio de Hungría, disputado en el circuito de Hungaroring.
El único momento delicado para los Ferrari al darse la salida, cuando Fernando Alonso se enfiló entre los dos BAR-Honda del japonés Takuma Sato y el británico Jenson Button e intentó también superar a Barrichello en la primera curva, pero el brasileño le cerró la puerta y a partir de ese momento se terminó la carrera. Los Ferrari se fueron destacando paulatinamente en cabeza de la prueba y Fernando Alonso se quedó en tierra de nadie, con un Juan Pablo Montoya (Williams-BMW), autor de una magnífica salida que le llevó desde la séptima a la cuarta posición, que conservaría hasta el final.
Autores de una salida mediocre, Sato y Button, que partían desde la segunda fila, quedaron relegados a la octava y quinta posición respectivamente y el japonés logró remontar gracias a las paradas para repostar. La carrera careció de toda emoción y fue una procesión de coches, mientras que Schumi, quizá recordando la humillación sufrida el pasado año cuando Alonso le sacó una vuelta de ventaja a siete vueltas del final, imponía un ritmo muy fuerte, quizá con la intención de devolverle la jugada al español. Al final de la carrera, además de Barrichello, tan sólo Alonso, Montoya y Button, lograron terminar en la misma vuelta que el vencedor.
Los mecánicos de los bólidos rojos sacaban un cartel que ponía "Ferrari, número uno del mundo" y saludaban el nuevo doblete de Schumacher y Barrichello, que les daba el mundial de constructores. Michael Schumacher sumaba su duodécima victoria de la temporada, en trece carreras, la 82 en el mundial de Fórmula Uno, y se acerca cada vez más a su séptimo campeonato, que sería el quinto consecutivo. El abandono del italiano Jarno Trulli (Renault), en la vuelta 41 de las 70 de que constaba la carrera, y el quinto y sexto puesto logrados por Button y Sato hace disminuir en un punto la ventaja de Renault sobre BAR-Honda, para dejarla en ocho, en su lucha por el segundo puesto del mundial de constructores.
El único momento delicado para los Ferrari al darse la salida, cuando Fernando Alonso se enfiló entre los dos BAR-Honda del japonés Takuma Sato y el británico Jenson Button e intentó también superar a Barrichello en la primera curva, pero el brasileño le cerró la puerta y a partir de ese momento se terminó la carrera. Los Ferrari se fueron destacando paulatinamente en cabeza de la prueba y Fernando Alonso se quedó en tierra de nadie, con un Juan Pablo Montoya (Williams-BMW), autor de una magnífica salida que le llevó desde la séptima a la cuarta posición, que conservaría hasta el final.
Autores de una salida mediocre, Sato y Button, que partían desde la segunda fila, quedaron relegados a la octava y quinta posición respectivamente y el japonés logró remontar gracias a las paradas para repostar. La carrera careció de toda emoción y fue una procesión de coches, mientras que Schumi, quizá recordando la humillación sufrida el pasado año cuando Alonso le sacó una vuelta de ventaja a siete vueltas del final, imponía un ritmo muy fuerte, quizá con la intención de devolverle la jugada al español. Al final de la carrera, además de Barrichello, tan sólo Alonso, Montoya y Button, lograron terminar en la misma vuelta que el vencedor.
Los mecánicos de los bólidos rojos sacaban un cartel que ponía "Ferrari, número uno del mundo" y saludaban el nuevo doblete de Schumacher y Barrichello, que les daba el mundial de constructores. Michael Schumacher sumaba su duodécima victoria de la temporada, en trece carreras, la 82 en el mundial de Fórmula Uno, y se acerca cada vez más a su séptimo campeonato, que sería el quinto consecutivo. El abandono del italiano Jarno Trulli (Renault), en la vuelta 41 de las 70 de que constaba la carrera, y el quinto y sexto puesto logrados por Button y Sato hace disminuir en un punto la ventaja de Renault sobre BAR-Honda, para dejarla en ocho, en su lucha por el segundo puesto del mundial de constructores.