L D (EFE) Federer ha dado un paso más en su objetivo de conquistar el único torneo de Grand Slam que falta en su palmarés al superar en dos horas y 17 minutos a Ancic por 6-4, 6-3 y 6-4, para alcanzar la penúltima ronda por segundo año consecutivo. El croata, verdugo de Tommy Robredo en octavos de final, tuvo que llamar al fisioterapeuta dos veces durante el partido, a causa de unos problemas en la espalda y el hombro derecho, y nunca comprometió el triunfo del suizo, que al igual que en el partido anterior contra el checo Tomas Berdych no cedió un solo set.
Por su parte, Nalbandian, en la repetición de la final de este año en Estoril, se ha impuesto a Davydenko por 6-3, 6-3, 2-6 y 6-4 en dos horas y 46 minutos. El suizo y el argentino se medirán por duodécima vez en su carrera, con un balance para el cordobés de 6-5 hasta el momento, pero sobre todo con dos citas importantes en el recuerdo: la final de la Copa Masters de Shanghai del 2005, donde el argentino ganó en un épico partido por 6-7, 6-7, 6-2, 6-1 y 7-6, y las semifinales de Roma, recientemente, en la que Federer se vengó al superarle por 6-3, 3-6 y 7-6.
"Ahora da comienzo un nuevo torneo", decía Federer tras concluir su partido ante Mario Ancic. "En realidad empezó tras vencer a Berdych y empezar a preparar el de Ancic, a partir de aquí son otros jugadores, es otro el nivel que se exige y se comprueba por qué cada uno ha llegado hasta aquí", añadía. Para Federer, eliminado el año pasado en semifinales por Rafael Nadal, la cita contra Nalbandian tiene tintes de desafío, pues el de Córdoba es uno de los pocos tenistas, junto con el propio Rafa Nadal, que tiene un balance positivo contra él. "Quizás sea mejor enfrentarme contra Davydenko", decía el suizo antes de conocer el resultado del otro partido de cuartos de final disputado este martes.
Pero el número uno del mundo se mantiene optimista debido al nivel que está mostrando este año. "Después de perder contra Nadal el año pasado, sabía que mi juego era bueno, pero creo que en este ha mejorado algo más. Las sensaciones son mejores esta temporada porque es la segunda vez consecutiva que alcanzo las semifinales y tengo más experiencia en esta superficie", decía el jugador de Basilea. "Quizás el cuadro no es tan difícil esta vez, y Nadal es algo diferente también, pero ahora me espera un partido muy complicado y de mucho desgaste físico", concluyó.