L D (EFE) Su último torneo ganado, la Copa Masters de Shanghai, queda ya lejos y sirvió para poner fin a una gran temporada en la que Federer acabó por tercer año consecutivo como número uno del mundo tras sumar 13 títulos, tres de ellos de 'Grand Slam' (Abierto de Australia, Wimbledon y US Open).
Federer afronta ahora un nuevo año, marcado por varios objetivos, su tercer Abierto de Australia, su quinto Wimbledon y por supuesto, su primera victoria en Roland Garros, y confiado porque haga lo que haga, incluso perdiendo todos los partidos que juegue, romperá el próximo 26 de febrero el récord de Jimmy Connors de semanas consecutivas al frente de la clasificación mundial (160). Independientemente de su juego en Kooyong, el estado de forma de Federer es una incógnita por despejar, pero el juego del suizo se amolda perfectamente al 'rebound ace' australiano, donde en las tres últimas intervenciones solo ha cedido un partido, contra el ruso Marat Safin en las semifinales del 2005 (20 victorias y una derrota).
Para Nadal, ausente el pasado año debido a una artritis postraumática en el pie izquierdo que le tuvo alejado de las pistas durante cuatro meses, su participación este año constituye un auténtico reto. Nunca en dos participaciones ha podido pasar de los octavos de final porque en ambas (2004 y 2005) le doblegó la experiencia del australiano Lleyton Hewitt. Australia es para 'Rafa' el peor 'Grand Slam' de todos, por el momento. Este año el enemigo del bicampeón de Roland Garros es su abductor izquierdo, maltrecho en las semifinales del torneo de Madras frente al belga Xavier Malisse y perjudicado después en la primera ronda de Sydney, donde tuvo que retirarse. Nadal ha dedicado la pretemporada a mejorar su servicio y sus golpes ganadores, y para ello se ha hartado de sacar y sacar bolas puliendo su movimientos para aumentar su efectividad y sufrir menos en los partidos. Pero la lesión, aunque en principio no impedirá su participación, si puede preocupar a su entorno, habida cuenta que para alcanzar la final necesitará seis partidos y todos al mejor de cinco sets.
El tenis español confía además en Carlos Moyá -finalista en 1997-, Tommy Robredo y David Ferrer, porque son los que mejor lo han hecho en este inicio de sesión, en Sydney, y Auckland, respectivamente. Moyá perdió en la final de Sydney ante James Blake, su rival en primera ronda en Australia, y Ferrer ganó a Robredo el título de Auckland. Los estadounidenses Andy Roddick y James Blake, sobre todo este último gracias a su gran inicio de temporada, y el ruso Marat Safin, ganador en 2005, figuran siempre entre los favoritos, una lista de la que parece haberse caído el jugador local Lleyton Hewitt, algo tocado físicamente y sumergido en una crisis de identidad que le ha llevado a rescindir su contrato con el técnico Roger Rasheed para confiar ahora en Scott Draper.
Mauresmo, a defender su título
En el cuadro femenino, Amelie Mauresmo confía en defender el título que ganó sorprendentemente el pasado año, aunque esta vez la francesa no tendrá en el cuadro a la jugadora con la que se enfrentó en la final en 2006, la belga Justine Henin-Hardenne, número uno del mundo, que se dio de baja en Sydney y en Melburne debido a razones personales, que no ha querido desvelar. Ausente también la estadounidense Venus Williams, finalista en el 2003, debido a un problema en su muñeca, y retirada su compatriota Lindsay Davenport, las posibilidades de la rusa Maria Sharapova aumentan.
La belga Kim Clijsters, finalista en el 2004, y que tan buen comienzo de sesión ha tenido al ganar el título en Sydney, afronta su última temporada, por decisión propia, y eso puede convertirla en una serie aspirante, al igual que la suiza Martina Hingis, ganadora en tres ocasiones y finalista en otras tres mas.