L D (EFE) En el Foro de los Mil Expertos , con una duración de tres días, han participado delegaciones de los países organizadores de los últimos Juegos (Barcelona´92, Atlanta´96 y Sydney 2000), que han presentado sus experiencias a la hora de reducir las congestiones de tráfico.
La delegación española ha estado representada por Álvaro Frutos, profesor de la Universidad Europea de Madrid y antiguo responsable gubernamental para el seguimiento de los Juegos de Barcelona 92, y por Jorge Servert, de la Universidad Politécnica de Madrid y director del Centro Sino-Español de Transporte (CSETI).
Al término del foro se acordó la creación de una comisión de expertos internacionales en transporte para el asesoramiento en proyectos olímpicos y los expertos españoles fueron invitados a participar en ella. Ambos especialistas también impartieron recientemente conferencias en la Universidad Tecnológica de Pekín, donde explicaron la evolución del transporte urbano español durante la última década.
En el Foro de los Mil Expertos se destacó el grave problema del transporte urbano en Pekín, una ciudad de 15 millones de habitantes/peatones y 10 millones de bicicletas en la que en apenas dos años se ha multiplicado el número de automóviles privados hasta alcanzar casi los tres millones). La ciudad, en la que hace apenas una década los únicos vehículos motorizados eran los taxis y los coches oficiales, ha experimentado un boom en el sector del automóvil que ha tenido como consecuencia una media de 11 horas diarias de atascos.
Representantes del Comité Olímpico Internacional (COI) que visitaron en octubre la capital china para supervisar los preparativos de los Juegos expresaron su preocupación por el estado del tráfico y calificaron el problema como "uno de los puntos a los que Pekín debe conceder especial atención". Para resolver este problema, Pekín está ampliando su red de metro, que por ahora sólo cuenta con tres líneas, aunque los propios dirigentes locales han admitido que no se quiere promover en demasía el transporte público, ya que la venta de automóviles se ha convertido en uno de los motores económicos de China.
Por otra parte, el sector del transporte público es uno de los que más inversión exterior está atrayendo a China, lo que ha motivado el interés de empresarios españoles que quieren seguir los pasos pioneros de la compañía ALSA.
La delegación española ha estado representada por Álvaro Frutos, profesor de la Universidad Europea de Madrid y antiguo responsable gubernamental para el seguimiento de los Juegos de Barcelona 92, y por Jorge Servert, de la Universidad Politécnica de Madrid y director del Centro Sino-Español de Transporte (CSETI).
Al término del foro se acordó la creación de una comisión de expertos internacionales en transporte para el asesoramiento en proyectos olímpicos y los expertos españoles fueron invitados a participar en ella. Ambos especialistas también impartieron recientemente conferencias en la Universidad Tecnológica de Pekín, donde explicaron la evolución del transporte urbano español durante la última década.
En el Foro de los Mil Expertos se destacó el grave problema del transporte urbano en Pekín, una ciudad de 15 millones de habitantes/peatones y 10 millones de bicicletas en la que en apenas dos años se ha multiplicado el número de automóviles privados hasta alcanzar casi los tres millones). La ciudad, en la que hace apenas una década los únicos vehículos motorizados eran los taxis y los coches oficiales, ha experimentado un boom en el sector del automóvil que ha tenido como consecuencia una media de 11 horas diarias de atascos.
Representantes del Comité Olímpico Internacional (COI) que visitaron en octubre la capital china para supervisar los preparativos de los Juegos expresaron su preocupación por el estado del tráfico y calificaron el problema como "uno de los puntos a los que Pekín debe conceder especial atención". Para resolver este problema, Pekín está ampliando su red de metro, que por ahora sólo cuenta con tres líneas, aunque los propios dirigentes locales han admitido que no se quiere promover en demasía el transporte público, ya que la venta de automóviles se ha convertido en uno de los motores económicos de China.
Por otra parte, el sector del transporte público es uno de los que más inversión exterior está atrayendo a China, lo que ha motivado el interés de empresarios españoles que quieren seguir los pasos pioneros de la compañía ALSA.