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España vence a Dinamarca y alcanza por tercera vez la final de un Europeo de balonmano (34-31)

Brillante victoria de la selección española de balonmano, vigente campeona del mundo, frente a Dinamarca para disputar por tercera vez la final de un Campeonato de Europa y buscar su primer oro continental. El equipo de Juan Carlos Pastor, único invicto en Suiza 2006, empezó yendo a remolque en la primera mitad, aunque en la segunda supo darle la vuelta al marcador. Ahora luchará por el título ante Francia, a la que ya se impuso en la primera fase y que este sábado ha derrotado a Croacia (29-23) en la primera semifinal.

Brillante victoria de la selección española de balonmano, vigente campeona del mundo, frente a Dinamarca para disputar por tercera vez la final de un Campeonato de Europa y buscar su primer oro continental. El equipo de Juan Carlos Pastor, único invicto en Suiza 2006, empezó yendo a remolque en la primera mitad, aunque en la segunda supo darle la vuelta al marcador. Ahora luchará por el título ante Francia, a la que ya se impuso en la primera fase y que este sábado ha derrotado a Croacia (29-23) en la primera semifinal.
L D (EFE) El temor al pivote Michael Knudsen, máximo goleador del conjunto danés y que llegaba a la semifinal tras anotar diez goles de diez lanzamientos a Rusia, propiciaba el cambio de defensa en el equipo español, que abandonó su más clásico 5-1 por una defensa 6-0 mucho más cerrada. Pero el jugador del Flensburgo alemán es una auténtica fiera en la línea de seis metros, como demostró con los tres goles que anotó en el primer cuarto de hora, y eso que Barrufet, con cuatro paradas de mérito, no pudo tener un comienzo más espectacular.

Animados por la seguridad que inspira el portero del Barcelona, el ataque español comenzó pletórico con dos goles de Alberto Entrerríos y tres de Iker Romero, que permitieron a los españoles tomar de inicio una pequeña ventaja (5-3). Renta que no tardó en esfumarse en los siguientes minutos en los que los chicos de Juan Carlos Pastor perdieron el hilo con una mala selección de lanzamientos que posibilitaron correr por primera vez en el partido a los veloces extremos daneses (7-9). Sin embargo, y como el seleccionador español no se cansa de insistir una y otra vez, este equipo no se arruga en los partidos decisivos. Con dos penaltis de Albert Rocas y una nueva maravilla, la enésima en el torneo, de Rolando Uríos, España se volvió a enganchar en el partido y el marcador (11-11).

Aunque las deficiencias en el ataque volvieron a lastrar al equipo nacional, muy impreciso en las circulaciones de balón, en las que pese a que lo intentó, le costó conectar con Uríos, pieza básica en los esquemas ofensivos españoles. Todo lo contrario que Dinamarca, que encontró una y otra vez al letal Knudsen, que concluyó la primera parte con seis goles que parecían condenar a la selección a marcharse con una notable desventaja en el marcador. Pero Uríos no parece dispuesto a que nadie le discuta el título de mejor pivote del Europeo, y dos nuevos goles del hispano-cubano, el segundo de ellos de espaldas a la portería, ajustaron nuevamente el marcador (15-16).

Un honor que si finalmente le corresponde al jugador del Ciudad Real deberá agradecer a la defensa española y al cancerbero David Barrufet, que maniataron al pivote danés en el comienzo de la segunda mitad. Lástima que el ataque español no funcionará igual, pues los dos goles de ventaja (21-19) que sumaban los españoles a los ocho podrían haber sido alguno más. Aunque los de Juan Carlos Pastor se empeñaron una y otra vez en dar vida a los daneses con continuos fallos en el pase y en el lanzamiento, que impedían descolgar a los nórdicos en el marcador, con el consiguiente peligro.

Cuatro goles seguidos de Iker Romero, el último de ellos en inferioridad, y dos paradas de Barrufet permitieron abrir a España una pequeña brecha en el marcador (24-20). Desaparecido Knudsen, el peligro danés se centró en los lanzamientos lejanos de los laterales Bo Spellerberg y el joven Per Leegaard, a cuyos latigazos puso respuesta una y otra vez por el bando español Romero y un inesperado Mariano Ortega. Hartos en ataque de las intervenciones de Barrufet, los daneses trataron de enderezar el rumbo con una defensa abierta, en ocasiones mixta a Romero, que tan sólo sirvió para que la selección sacara a relucir su juego de entre líneas. De este modo, el conjunto español encaró los últimos cinco minutos de encuentro con cuatro goles de ventaja (32-28), que la selección, pese a la presión casi por todo el campo de los daneses, ya no desperdiciaría.

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