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España torea a una marrullera Serbia (75-67) y accede directamente a cuartos del Eurobasket

Tres de tres. La selección española de baloncesto, después de ir por debajo durante casi todo el partido, se ha impuesto a los campeones del mundo, Serbia y Montenegro, y en cuartos de final se medirá al vencedor de la eliminatoria entre Eslovenia e Israel. El encuentro pasará a la historia por la nefasta actuación de los árbitros y por una tangana casi al final que acabó con seis expulsados.

L D (EFE) La tangana final provocada por Marco Jaric pasará a la historia y dejará constancia de los malos métodos que suelen emplear los balcánicos cuando no ganan. Jaric golpeó a Pau Gasol por pura desesperación tras un rebote cuando ya estaba todo dicho. Jorge Garbajosa fue a defender a su compañero y el base de Los Clippers le agredió. La decisión arbitral, difícil de entender, fue expulsar a Gurovic y Koturovic por saltar desde el banquillo, puesto que ya estaban eliminados por faltas y, por el mismo motivo, a Roger Grimau y Felipe Reyes. Los dos protagonistas, Jaric y Garbajosa, también enfilaron el túnel descalificados.

A los ex yugoslavos les iba la vida en el partido y, tal y como se esperaba, entraron en la pista con la determinación de apurar todos sus opciones. Su situación era tan apurada que incluso corrían el riesgo de quedarse fuera a las primeras de cambio con una combinación poco probable, pero factible: perder ante España y que Suecia ganase por seis puntos a Rusia. Las otras combinaciones eran más favorables, pero su gran objetivo era casi un imposible: imponerse por diecinueve puntos para hacerse con la primera plaza del grupo. Ese supuesto les exigía no sólo jugar un gran partido, sino que la selección cuajase una flojísima actuación. El tradicional orgullo de los plavi les dio la iniciativa merced al gran acierto del alero de los Kings de Sacramento Predrag Stojakovic y las complicaciones ofensivas del conjunto español, originadas en gran medida por la acumulación de efectivos que Dusko Vujosevic puso sobre la zona para cortar las penetraciones de Pau Gasol en el uno contra uno.

La capacidad anotadora de España, con una media superior a los noventa puntos por partido, cayó en picado -catorce tantos en el primer cuarto- en medio de una incesante rotación de elementos interiores por parte del banquillo serbio. La selección de Moncho López sufrió lo indecible para sumar durante los dos primeros cuartos aunque, en el parcial del segundo, ya empezaban a vislumbrarse síntomas de recuperación (15-18). Aparte de la intensidad de los campeones del mundo, las oscilaciones del choque respondían más a las fases de inspiración españolas que al desempeño de los balcánicos. Dos triples consecutivos del pívot de los Supersonics de Seattle Predrag Drobnjak pintaron un panorama siniestro para el equipo nacional al final del primer corte (21-11). El cinco de catorce en tiros de campo que rubricó España en ese periodo reflejaba el colapso ofensivo de sus jugadores. Sin embargo, un parcial de 0-7 en el arranque del segundo tramo forzó el tiempo muerto del banquillo balcánico y resumió lo que pasaba sobre la pista. Con un mínimo de claridad, la selección española no tendría porqué tener problemas.

España inició una lenta pero segura ascensión de la mano de Carlos Marco mientras las personales cargaban paulatinamente a los hombres interiores serbios. Los seis puntos de diferencia que señalaba el marcador en el descanso (38-32) eran historia un cuarto más tarde. A pesar de no haber jugado bien, la renta yugoslava había sido mínima. Ese juego frente a la selección de los Bodiroga, Divac, Tomasevic y compañía se habría pagado con una veintena de puntos en contra. El caso es que España arrancó en el último cuarto con la primera posición del grupo en sus manos (52-51) pese a todo el sufrimiento anterior. Eso sí, en la cancha la contienda echaba chispas, sobre todo en la defensa de los postes ex yugoslavos sobre Gasol, el gran referente del baloncesto español, pero no la única arma de la selección.

Unas gotas del descaro de Carles Marco, la osadía de Juan Carlos Navarro, la constancia de Jorge Garbajosa y la capacidad de esfuerzo colectivo de todo el conjunto español servían para contener el desesperado intento de Vujosevic y los suyos por conseguir un marcador que les sacase del atolladero. Serbia y Montenegro, a fin de cuentas, es la vigente campeona del mundo y tampoco iba a rendirse sin pelear. Pero España también vive entre los grandes y tras dos triples, uno de Juan Carlos Calderón y otro de Navarro, pasó por delante para encarar el último trecho (60-62). Dos nuevos tiros desde los 6,25 metros a falta de un par de minutos, éstos a cargo de Navarro, la estrella del desenlace, y Garbajosa, abrieron el camino del triunfo definitivo para España, la mejor del grupo C y uno de las más firmes candidatas al podio.

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