L D (EFE) Además, a España le costó tanto entrar en el partido como alejarse en el marcador, aunque encontró soluciones puntuales en los lanzamientos desde el perímetro y, cómo no, en la brillantez del juego interior de Pau Gasol, máximo anotador del partido con veintidós puntos. La calidad de los jugadores españoles se impuso siempre a la de los chinos, pero no con la apabullante comodidad con la que sucedió en el partido de Córdoba, entre otras cosas porque disminuyeron notablemente su acierto anotador gracias a una insistente defensa en zona planteada con acierto por Kazlausjas, seleccionador chino.
Con todo, España únicamente se vio por debajo en el marcador en los segundos iniciales y a falta de dos minutos para el fin del segundo cuarto (34-35), aunque de inmediato se puso en funcionamiento la conexión Navarro-Gasol para coser el pequeño "roto" a base de rachas de inspiración y permitir a España liderar con superioridad el encuentro. Tras la reanudación, el equipo dirigido por Pepu Hernández se lanzó de forma más decidida al ataque, buscando jugadas rápidas. Al contrario que en la primera mitad, en la que en prácticamente todas las acciones ofensivas se agotó la posesión.
En apenas cinco minutos (los primeros del tercer cuarto), España fue tomando una cómoda distancia en el marcador hasta superar en quince puntos (56-41) al conjunto chino. Lo hizo gracias a una efectiva presión con la que consiguió robar un buen número de balones y al rápido juego de Sergio Rodríguez y Rudy Fernández, protagonistas de dos de las jugadas más espectaculares del partido, sendos alley-hoops uno de ellos de espaldas al aro con los que levantaron al público de sus asientos.
Sin toda su artillería sobre la cancha, España supo exhibir garra además de técnica y velocidad en el decisivo tercer cuarto, y con unos pocos minutos de brillantez se metió el partido en el bolsillo. Con el encuentro prácticamente decidido, Pepu Hernández trató de mover el banquillo en el último cuarto y repartir minutos por igual, y consiguió hacerlo sin que bajase la intensidad con la que sus jugadores afrontaron los últimos compases del partido.
De hecho, fue en este periodo cuando España consiguió la máxima ventaja en el marcador, 34 puntos (97-63), impidió que China anotase un sólo punto en los últimos cinco minutos (sólo sumó ocho en todo el cuarto) y se exhibió en ataque para hacer las delicias del público castellonense, que despidió al equipo al ya clásico grito de "A por ellos".
Con todo, España únicamente se vio por debajo en el marcador en los segundos iniciales y a falta de dos minutos para el fin del segundo cuarto (34-35), aunque de inmediato se puso en funcionamiento la conexión Navarro-Gasol para coser el pequeño "roto" a base de rachas de inspiración y permitir a España liderar con superioridad el encuentro. Tras la reanudación, el equipo dirigido por Pepu Hernández se lanzó de forma más decidida al ataque, buscando jugadas rápidas. Al contrario que en la primera mitad, en la que en prácticamente todas las acciones ofensivas se agotó la posesión.
En apenas cinco minutos (los primeros del tercer cuarto), España fue tomando una cómoda distancia en el marcador hasta superar en quince puntos (56-41) al conjunto chino. Lo hizo gracias a una efectiva presión con la que consiguió robar un buen número de balones y al rápido juego de Sergio Rodríguez y Rudy Fernández, protagonistas de dos de las jugadas más espectaculares del partido, sendos alley-hoops uno de ellos de espaldas al aro con los que levantaron al público de sus asientos.
Sin toda su artillería sobre la cancha, España supo exhibir garra además de técnica y velocidad en el decisivo tercer cuarto, y con unos pocos minutos de brillantez se metió el partido en el bolsillo. Con el encuentro prácticamente decidido, Pepu Hernández trató de mover el banquillo en el último cuarto y repartir minutos por igual, y consiguió hacerlo sin que bajase la intensidad con la que sus jugadores afrontaron los últimos compases del partido.
De hecho, fue en este periodo cuando España consiguió la máxima ventaja en el marcador, 34 puntos (97-63), impidió que China anotase un sólo punto en los últimos cinco minutos (sólo sumó ocho en todo el cuarto) y se exhibió en ataque para hacer las delicias del público castellonense, que despidió al equipo al ya clásico grito de "A por ellos".