L D (Europa Press) España no tardó ni un minuto en enchufarse a la contienda, sobre todo de la mano de Pablo Aguilar. El pívot madridista, con Ricky Rubio en la sombra y con minutos de descanso, anotó los primeros cinco puntos del partido, para terminar el primer parcial con 14 puntos y dos rebotes, y originando en la defensa rival una sangría importante. Anulado el perímetro croata, suicida en el primer cuarto, hasta el punto de tirar más triples que canastas de dos puntos, el equipo balcánico se fue asentando paulatinamente en el choque, pero con unas lagunas defensivas (España sumó 34 puntos en el primer envite) que abortó cualquier intento de remontada (32-41, m.14).
Las ventajas españolas antes del descanso se movieron en el horizonte de los 10 puntos (44-55, m.20). Mucha culpa para mantener este margen la tuvo De la Fuente, que salió en el quinteto inicial de Guil, sustituyendo a Raya, demostrando una gran versatilidad y un potencial encomiable para subir corriendo el contragolpe (11 puntos, al término de la primera mitad).
Contenidos Vragovic y Kruslin, los dos aleros titulares croatas, sólo Delas (23 puntos y 8 rebotes) dio la sensación de estar comprometido con el trámite que suponía la contienda para los suyos. Mientras tanto, Ricky (3 puntos en el partido/22 de media en el Europeo), descansaba en el banquillo y Guil delegó los galones de jugador referente en Tomas, un alero alto, con muy buena pinta y que se confirmó como un extraordinario anotador ante Croacia: 20 puntos.
El partido estaba totalmente encarrilado, casi sentenciado, desde el recital inicial de Aguilar y después con el aplomo de Tomas sobre el parqué. Sin embargo, la atmósfera del Telefónica Madrid Arena, con casi media entrada, estaba enrarecida. La causa: la intranquilidad que suponía el enfrentamiento entre Serbia y Lituania, del que dependía la clasificación de España para las semifinales.
Fruto de ese nerviosismo, se sucedieron los errores españoles; los orificios en defensa y el desatino en ataque (68-73, m.30). La máxima diferencia española, de 18 puntos, casi se diluyó al arranque del definitivo cuarto. Hasta ahí llegó la reacción croata, coartada de raíz con la entrada en la cancha de los titulares españoles, que condujeron el partido hacia una recta final cómoda y muy apacible.