L D (EFE) España ha matado dos pájaros de un tiro. Y eso que enfrente tenía a un equipo como Noruega, con una impresionante trayectoria en esta segunda fase a la que accedió con sólo un punto, aunque prácticamente no contaba para las quinielas finales. Pero los triunfos sobre Croacia y Suecia la han convertido en la gran revelación del torneo. Era una confrontación sin claro favorito, aunque España se encargó de despejar las dudas con total transparencia en la segunda parte.
Juan Carlos Pastor repitió el descarte del partido contra Serbia. Raúl Entrerríos y David Davis se quedaron en la grada. Todos los jugadores tuvieron minutos en la primera mitad. Un ten con ten caracterizó el primer período, junto con el buen hacer de José Javier Hombrados, que detuvo dos penaltis a Rune Skjaervold, además de otras acciones a Glenn Solberg y a Marius Riise. Aunque la faceta ofensiva era irregular, la defensa trabajó bien. A Loke no le llegaban balones en el pivote -marcó tres goles-, y los extremos noruegos se fueron inéditos, salvo Skjaervold desde los 7 metros (2). Los laterales tampoco lograron prodigarse: Kjelling y Lauritzen marcaron dos goles y Hagen tres.
La selección española salió remozada en la segunda mitad después de irse al descanso con una renta de tres goles. Era consciente de que no podía volver a caer en sus últimos errores que le costaron el partido con Serbia. Los pupilos de Juan Carlos Pastor encarrilaron su ataque con una primera línea formada por Mateo Garralda, Entrerríos e Iker Romero, en el pivote Rolando Uríos, y Juanín García y Albert Rocas en los extremos. Un cortafuegos con Juancho Pérez y Romero en el centro de la zaga, fue su retaguardia que concedió a España distanciarse por una diferencia de siete goles cuando se cumplía el minuto seis de la segunda parte, y alcanzar la máxima ventaja en el 13 (25-17). Entre tanto, el ataque noruego se había enquistado y Hombrados, también fenomenal en la segunda parte, le dieron la puntilla.
España ha disputado en dos ocasiones las semifinales de un Mundial, en Egipto 1999, campeonato en el que perdió frente Rusia y en Portugal 2003 donde cayó frente a Croacia después de tener que disputar dos prórrogas.
Juan Carlos Pastor repitió el descarte del partido contra Serbia. Raúl Entrerríos y David Davis se quedaron en la grada. Todos los jugadores tuvieron minutos en la primera mitad. Un ten con ten caracterizó el primer período, junto con el buen hacer de José Javier Hombrados, que detuvo dos penaltis a Rune Skjaervold, además de otras acciones a Glenn Solberg y a Marius Riise. Aunque la faceta ofensiva era irregular, la defensa trabajó bien. A Loke no le llegaban balones en el pivote -marcó tres goles-, y los extremos noruegos se fueron inéditos, salvo Skjaervold desde los 7 metros (2). Los laterales tampoco lograron prodigarse: Kjelling y Lauritzen marcaron dos goles y Hagen tres.
La selección española salió remozada en la segunda mitad después de irse al descanso con una renta de tres goles. Era consciente de que no podía volver a caer en sus últimos errores que le costaron el partido con Serbia. Los pupilos de Juan Carlos Pastor encarrilaron su ataque con una primera línea formada por Mateo Garralda, Entrerríos e Iker Romero, en el pivote Rolando Uríos, y Juanín García y Albert Rocas en los extremos. Un cortafuegos con Juancho Pérez y Romero en el centro de la zaga, fue su retaguardia que concedió a España distanciarse por una diferencia de siete goles cuando se cumplía el minuto seis de la segunda parte, y alcanzar la máxima ventaja en el 13 (25-17). Entre tanto, el ataque noruego se había enquistado y Hombrados, también fenomenal en la segunda parte, le dieron la puntilla.
España ha disputado en dos ocasiones las semifinales de un Mundial, en Egipto 1999, campeonato en el que perdió frente Rusia y en Portugal 2003 donde cayó frente a Croacia después de tener que disputar dos prórrogas.