El Villlarreal presenta armas ante un Valencia desquiciado (0-3)

(Libertad Digital) Todo sigue igual en el Villarreal, que ha empezado la temporada igual que la acabó: ganando y gustando. Los de Pellegrini se mostraron como lo que son, un equipo ya casi hecho, mientras que el Valencia, en el que las novedades brillaron por su ausencia, estaba nervioso e impreciso.

 

Los dos equipos comenzaron con precauciones hasta que Joaquín decidió abrir las hostilidades por su banda, que sería el único camino que encontraría el Valencia para intimidar la portería de Viera. Sin embargo, el Villarreal estuvo muy acertado al defender los flancos o las llegadas al área. Silva estuvo muy perdido en la izquierda, no como con la selección.

Los castellonenses demostraron que el parón vacacional no ha afectado el excepcional estado de forma con el que acabaron la pasada campaña y en su primera aproximación con peligro consiguieron marcar, tras una gran acción de Javi Venta que asistió perfectamente a Tomasson, para que batiera a Cañizares. El Valencia digirió mal el gol. Sin banda izquierda, con un Baraja que encontraba problemas para mover el balón ante la buena labor de contención de los centrocampistas del Villarreal, y un Villa desquiciado en ataque, los de La Plana vivían tranquilamente el partido. Precisamente, asturiano fue expulsado en los minutos finales de la primera mitad por dos amarillas: una protestar y otra por fingir penalti. Tomasson, justo antes del descanso, pudo sentenciar el partido, pero su remate rozó el palo.

 

En el descanso Quique se la jugó al dar entrada a Gavilán y Morientes de salida, dejando sólo tres hombres en defensa. Esta ambiciosa decisión dejaba huecos en las bandas y oportunidades al contragolpe, y así llegaron los goles. El Valencia apeló a la casta e intentó encerrar al Villarreal en su parcela, pero al cuarto de hora recibió la puntilla cuando el recién salido Matías Fernández cayó derribado cuando entraba por su costado ante una entrada de Marchena. Rossi no falló. El Valencia ya no daba crédito. Joaquín fue expulsado víctima de su ímpetu y Cazorla, en un contragolpe, sentenció el marcador.