Los hombres de Míchel llegaron al segundo encuentro con un gol de ventaja ante un equipo claramente inferior sobre el papel. Sin embargo, el Apoel de Nicosia tiene menos nombre del que merece. Es un equipo con buenas hechuras. Tiene poca calidad, pero sus jugadores saben perfectamente a lo que juegan.
En la primera parte el Getafe mostró muchas de las carencias que parece que va a arrastrar a lo largo de la temporada. Nadie parece poder sustituir a Pedro León en la banda derecha y en el centro del campo necesita urgentemente a un jugador que consiga mover al equipo con criterio. Parejo realmente es un media punta y Boateng es un obrero que barre muy bien todo el terreno de juego y se aplica a la perfección en las tareas defensivas. Pero nada más. Esas carencias provocaron un baño del Apoel en los primeros 45 minutos. Primero fue Manduca el que probó los reflejos de Óscar Ustari, que respondió muy bien a un disparo desde el borde del área; después, Esteban Solari avisó con un cabezazo que se marchó rozando el poste; Charalambides, en el minuto 21, falló un penalti; al final, fue Almeida, al borde del descanso, el que por fin marcó un gol muy merecido para los chipriotas.
Con la eliminatoria empatada, el Getafe intentó despertar en los tres minutos que restaban para el descanso. En la reanudación, Javier Arizmendi sustituyó a Pedro Ríos. El cambio pareció surtir efecto. Por lo menos, el jugador procedente del Zaragoza puso más intensidad. Lo mismo que todo su equipo, que adelantó las líneas y presionó la salida del balón chipriota.
Pese a que el Getafe consiguió dominar el partido, las ocasiones claras no llegaban. Sólo algún disparo lejano de Manu del Moral pareció inquietar al Apoel, que, conforme pasaba el tiempo, más cómodo se encontraba sobre el campo. Un cabezazo de Solari que salvó Ustari (min.71), fue el último coletazo chipriota, que perdió el fondo físico. Esa situación no la aprovechó el Getafe, negado para crear ocasiones, y la eliminatoria tuvo que irse a la prórroga.
En ella, el Getafe siguió jugando con fuego, pero la suerte llegó en el minuto 97 con un "churro" del argentino "Cata" Díaz. El argentino cabeceó un saque de esquina sacado por Dani Parejo que se paseó mansamente por delante de tres defensas y del portero Chiatis. La pelota choco en un defensa, golpeó el poste y atravesó unos centímetros la línea de gol. De ese modo, el Getafe conseguía un premio algo injusto.
El Villarreal supera el trámite
El técnico del conjunto español decidió dar descanso a Senna, Cazorla, Capdevila, Diego López, Ángel y Gonzalo Rodríguez que se quedaron en casa y apostó por los jóvenes. La apuesta le salió bien al técnico valenciano porque la eliminatoria que encaraba con un 5-0 a su favor nunca estuvo en peligro.
El conjunto local se adelantó en el minuto 19 en una jugada aislada tras culminar un contragolpe. El portero Juan Carlos salió a la desesperada ante la llegada de Yurchenko y éste lo superó con facilidad. El Mogilev se adelantó, pero el Villarreal siguió con su monólogo. El delantero 'amarillo' Altidore tuvo varias ocasiones de marcar, pero el portero Kopantsov se creció para ser el mejor de su equipo en la primera mitad. Tanto rondó el Villarreal la portería bielorrusa que al final Nilmar logró el tanto del empate al filo del descanso. El brasileño recibió un pase en profundidad y la picó ante la salida del cancerbero.
El conjunto local trató de poner cerco a la portería de Juan Carlos en la reanudación, momento en el que Garrido metió experiencia en el terreno de juego al dar entrada a Marchena por Mussachio. El Villarreal volvió a tomar el mando del partido, pero a falta de 20 minutos para acabar, el conjunto español se quedó con uno menos por la expulsión de Cristóbal. El aspecto físico empezó a pasar factura a los dos equipos y al término del encuentro Marco Ruben recogió un rechace del portero para marcar el segundo tanto del Villarreal y firmar la victoria visitante.