El Real Madrid ha conseguido una importante y sufrida victoria (1-3) en el Rico Pérez de la mano de Cristiano Ronaldo, bigoleador, y de Marcelo. El Hércules ha complicado mucho la vida a los de Mourinho con una gran presión en el centro del campo y ahogando a los cerebros del conjunto blanco, que ha sabido sufrir.
El partido comenzó con el golazo del Hércules. Apenas tres minutos se habían disputado cuando el eterno 'cazagoles' Trezeguet se inventó un cabezazo inapelable para Casillas que conseguía adelantar a su equipo. El Madrid no estaba a gusto en el Rico Pérez. Apenas aparecían Özil y Di María, así que el equipo volcó todo su fútbol a la banda izquierda de Cristiano Ronaldo y Marcelo. Pudo empatar el Madrid en un par de ocasiones salvadas por un inspirado Calatayud, pero el Hércules también creaba mucho peligro al contragolpe y con Trezeguet como máximo peligro.
En el Real Madrid no modificó demasiado su juego en la segunda parte, pero sí cambió la suerte. A los 52 minutos, un disparo lejano de Cristiano Ronaldo no lo pudo atrapar Calatayud, hasta entonces impecable, y el rechace lo aprovechó Di María para lograr el empate.
Tras el gol, las fuerzas se equilibraron y el partido podía caer para cualquier lado. Arriesgó Mourinho, y le salió bien. Entró en el terreno de juego el díscolo Benzema por Pepe y el francés participó en la jugada del tanto de la victoria. La inició Marcelo, el mejor de la noche, que cedió atrás para Benzema. El rechace del portero lo aprovechó Cristiano Ronaldo, en estado de gracia. La sociedad entre ambos volvió a funcionar en el tanto que sentenció el encuentro, de nuevo obra de Cristiano Ronaldo. Para entonces, Mourinho ya había metido a dos defensas para amarrar un importante y sufrida victoria.
Vendaval azulgrana
El Barcelona ha salido al paso de las voces que criticaban sus partidos caseros, y ha llevado a cabo su mejor encuentro de lo que llevamos de temporada ante el Sevilla, al que ha machacado endosándole un 5-0 incontestable.
Los de Guardiola controlaron el juego desde el primer al último segundo, y ya a los cuatro minutos Messi adelantó a los suyos aprovechando un rechazo que se encontró dentro del área. Sólo veinte minutos después David Villa recuperó la sonrisa, con un golazo: entró al área por la derecha, se perfiló a la izquierda, y la puso con el interior a la escuadra contraria. Gol a lo Robben.
Si algo estaba pensando Manzano para la segunda mitad tuvo que tirarlo por la borda el minuto anterior al descanso, cuando Konko vio la segunda cartulina amarilla. Poco pudo hacer ya el Sevilla en la segunda mitad, máxime cuando Dani Alves se aprovechó de un error garrafal de Romaric en el 53. Y de nuevo Messi hizo el cuarto sólo diez minutos más tarde.
El Barcelona encontró que ya se había divertido demasiado con el Sevilla, y decidió frenar en seco el ritmo del encuentro. De hecho, la última media hora pudo haberse ahorrado, pues no pasó absolutamente nada. Pero Villa estaba decidido a aprovechar la noche, y en el último minuto logró el quinto y último tanto. Acto seguido, Turienzo señaló el final; prefirió no alargar más la humillación que estaba sufriendo el Sevilla.
El Valencia sigue atascado
El Valencia ha vuelto a fracasar en su estadio, después de no ser capaz de pasar del empate (1-1) ante un buen Zaragoza, que vio cómo se quedaba con uno menos en el 66 por una injusta tarjeta roja a Ánder Herrera.
Comenzó muy bien el conjunto de José Aurelio Gay, que no pareció en ningún momento el colista, y a los tres minutos el italiano Lanzaro logró un golazo más propio de un delantero centro que de un central. Pudo el Zaragoza ampliar la distancia en esos primeros compases, pero entre el desacierto de sus jugadores y la buena actuación de Moyà, el marcador no se movió hasta el filo del descanso, cuando el propio Lanzaro se introdujo en su portería un balón colgado desde el lateral.
En la segunda mitad estuvo mejor el Valencia, que además vio cómo a los 20 minutos se plantaba con un jugador más, por una expulsión más que rigurosa de Ánder Herrera. Todo indicaba que los de Emery iban a conseguir la victoria, y a punto estuvo de lograrlo, pero el segundo gol no llegó, para desesperación de los aficionados de Mestalla, que despidieron con una sonora pitada a sus futbolistas.