Pese a que el conjunto londinense está mucho más rodado que el español, los valencianistas fueron superiores, física y tácticamente. Demostrando una gran seguridad en defensa, una buena presión y claridad ofensiva.
El Valencia saltó en tromba al terreno de juego, la misma, pero de agua, que cayó nada más empezar el encuentro. Los de Emery encerraron en los primeros minutos al Arsenal en su campo y Pablo a punto estuvo de marcar a las primeras de cambio.
Con el paso de los minutos el partido decayó en su intensidad hasta que David Silva decidió poner en entredicho a la defensa londinense y provocar la desesperación de Arsene Wenger en el banquillo, que estrellaba su botella de agua contra el suelo al ver como los valencianistas comenzaban a acumular claras ocasiones de gol.
El Valencia presionaba muy arriba y recuperaba pronto el balón, con un juego abierto por las bandas, con el que desbordaba al Arsenal pero le faltó acierto en el remate, ya que Mata y Silva dispusieron de inmejorables oportunidades para marcar.
El Arsenal sólo reaccionó en los minutos finales, con más empuje físico que calidad futbolística pese al potencial de jugadores que como Cesc o Arshavin apenas participaron en el juego. La única ocasión que cedió la segura defensa española fue un mano a mano de Diaby con Moyá, que el portero balear resolvió con acierto.
En el segundo acto, Wenger cambió a siete jugadores de una tacada, al igual que Emery, que aprendió tras la pifia cometida el pasado miércoles en Manchester y en esta ocasión no cambió a todo el equipo de golpe.
Pese a ello, el partido no se resintió y comenzó a un ritmo trepidante, con un Arsenal más agresivo que rondó con peligro el área de Moyá. El Valencia despertó de la mano de David Villa, que se sacó un taconazo de la chistera pasa asistir a Joaquín que no supo definir solo ante Fabianski.
Sin embargo, el 'Guaje' evidenció que aún no tiene el punto físico idóneo y esa falta de velocidad punta le privó de inaugurar el marcador. Ni siquiera de penalti. El 'crack' asturiano dispuso de una pena máxima a veinte minutos del final, pero Fabianski despejó el disparo.
El Valencia rompía como quería la adelantada defensa del Arsenal pero parecía estar gafado de cara a gol hasta que, a un cuarto de hora del final Míchel, consiguió poner fin al maleficio, al aprovechar una serie de rechaces en el área para anotar el 1-0.
El gol alivió la tensión del Valencia, que jugó más relajado, y llevó el alborozo a las gradas, que celebraba el buen juego de su equipo haciendo la célebre ola mejicana. Pero el partido no estaba acabado. Villa seguía refunfuñando por sus inusuales errores de cara a puerta y en el último minuto se resarció anotando el 2-0 final.
El Valencia se exhibe ante el Arsenal
El Valencia cuajó un excepcional partido ante el Arsenal en la presentación ante su afición en Mestalla. Sólo le faltó estar más certero ante la puerta para haber conseguido un marcador más amplio que el 2-0 con el que acabó el partido.
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