Si el equipo valenciano sabía que con una victoria ante el conjunto ruso certificaría su pase, la victoria del Hemofarm serbio ante el Le Mans, cerrada minutos antes de que empezase este encuentro, le ofrecía además la posibilidad de asegurarse también el primer puesto y no la desparovechó.
El conjunto valenciano saltó a la pista consciente del doble premio que implicaba la victoria y Neven Spahija no quiso que lo olvidaran en ningún momento. Así, tras un par de imprecisiones, el técnico croata pidió un tiempo muerto cuando sólo habían transcurrido dos minutos y su equipo mandaba 5-3 en el marcador.
El segundo impulso local volvió a llegar desde el banquillo pero en forma de rotación. La entrada en la pista de Lishchuk. El ucraniano hizo que sus compañeros subieran un punto más su intensidad defensiva y con 16 puntos en 13 minutos condujo a los valencianos a una cómoda renta al descanso (48-33, m.20).
Tras el descanso, el Power Electronics regresó a la pista con la misma seriedad y, como ocurrió en la primera, sólo Sergeev conseguía escapar de la red defensiva local. Pero si en el choque disputado en la pista del Triumph la semana pasada el equipo ruso demostró que puede remontar grandes desventajas con mucha rapidez, en la Fonteta lo confirmó, permitió que los locales se excedieran con los tiros de tres puntos y en pocos minutos una ventaja de casi veinte puntos se esfumó (52-46, m.26).
De nuevo Spahija tiró de tiempo muerto y de rotaciones y de nuevo su equipo despertó. Esta vez fue Perovic quien asumió la responsabilidad anotadora pero de nuevo el Power Electronics construyó su juego desde una notable defensa que le permitió anotar en contraataques (65-48, m.30). Para orgullo y diversión de los suyos, el Power Electronics no quitó ya el pie del acelerador y su notable trabajo de equipo en defensa y en ataque le permitió multiplicar su ventaja y que los menos habituales como Iván García, Bozo Avramov y Toko Shengelia pudieran disputar algunos minutos.