El Valencia ofrece buenas vibraciones en su presentación ante el Parma (1-0)

La presencia de los Baraja, Vicente y compañía provocó que el Valencia ofreciera un juego infinitamente superior al mostrado durante la Gira por Inglaterra y Japón. Los valencianistas jugaban de memoria y mostraban las mismas virtudes que la pasada campaña les hizo campeones de Liga y UEFA. El Parma fue un juguete en manos del Valencia durante la primera media hora de juego. Los de Ranieri presionaban bien en la medular lo que les permitía recuperar pronto el balón y acercarse con peligrosidad una y otra vez a la portería defendida por Frey. Así, Pellegrino estrelló un balón en el larguero a los 9 minutos y Vicente, Baraja, Angulo y Mista pusieron a prueba al meta italiano que se tuvo que multiplicar para mantener su puerta invicta.

Sin embargo, a la media hora de juego, Baraja empalmó un potente disparo desde la frontal del área que sorprendió al meta italiano y que hacía justicia en el marcador al mejor juego valencianista. Los italianos trataron de sorprender en un par de contragolpes en los que Ruopolo puso a prueba a Cañizares que respondió eficazmente. En la tramo final del primer tiempo, el Valencia perdió algo de fluidez en el juego por las bandas, aunque dispuso de nuevo de ocasiones para haber llegado al descanso con un marcador más amplio.

En la reanudación, Ranieri varió la práctica totalidad de su once y dio entrada a la tripleta ofensiva italiana formada por Fiore, Corradi y Di Vaio, quienes mostraron una buena compenetración entre si y dotaron de una mayor agresividad al ataque valencianista. El constante goteo de cambios del segundo tiempo impidió que el partido tuviera el ritmo de la primera mitad. Una vaselina de Parri, que sacó un defensa en la línea de gol; unas claras manos de Caneira, que Iturralde no quiso ver como penalti, y la lesión del debutante Butelle fueron las únicas notas destacadas de un segundo acto que sólo sirvió como banco de pruebas para ambos técnicos.