El Unicaja termina pidiendo la hora para acabar con la imbatibilidad del Panathinaikos en la Euroliga (82-79)

L D (EFE) El equipo de la Costa del Sol cimentó el triunfo en un segundo cuarto demoledor en el que endosó 32 puntos a los griegos aferrado a una serie no menos demoledora de triples que, en los cinco minutos previos al descanso, cargó 15 puntos desde el arco en la cuenta visitante. Los malagueños anotaron cinco triples seguidos en esa fase y su estadística, que recogía un dos de nueve desde los 6,25 en los primeros quince minutos, pasó a reflejar un contundente siete de catorce.

Los griegos superaron la presión local del comienzo gracias a las virtudes del estadounidense Michael Batiste, pero la entrada en cancha del puertorriqueño Daniel Santiago y de Walter Herrmann, junto con el paso por el banquillo del pívot norteamericano, dio paso a un parcial de 14-4 (31-25) y, tras el pertinente tiempo muerto visitante, a la catarata de triples. Hermann, en dos ocasiones, y Carlos Cabezas, en tres, rompieron al Panathinaikos, que abandonó la cancha a catorce puntos de distancia (52-36). La efectividad andaluza en el triple mantuvo la diferencia hasta la mitad del tercer cuarto (61-44) pero, a partir de ahí, el Panathinaikos empezó a recortar lentamente su desventaja gracias a un excelente Vasilis Spanulis.

Los griegos habían reducido la brecha a once puntos al término del periodo (67-56) y, tras un nuevo intercambio de cestas, encadenaron un parcial de 2-13 que les llevó a los dos últimos minutos al borde del empate (de 71-58 a 73-71). La presión ateniense llegó hasta un impresivible 80-79 a falta de cuatro segundos tras dos tiros libres del base esloveno Jaka Lakovic, pero la muñeca de seda del estadounidense Marcus Brown remató un triunfo que acerca al Unicaja a la cabeza del Grupo C, a una victoria tanto del Panathinaikos como del Real Madrid y en igualdad de condiciones con el CSKA de Moscú ruso.