L D (Agencias) Con la final de la Copa del Rey aún en la retina y la sombra de la eliminación cercana, el cuadro de Aíto García Reneses acabó acusando el esfuerzo y ha cedido por segunda vez consecutiva en su fortín del Martín Carpena, quedando prácticamente fuera de la máxima competición europea salvo milagro en las dos últimas jornadas. El encuentro estuvo marcado por la gran actuación del tridente que formaron Lasme (20 puntos y 8 rebotes), Tripkovic (17 tantos) y Velickovic (17), cuyo acierto amargó la noche a la defensa malagueña y acabó provocando el hundimiento local.
Los de Aíto necesitan ahora un milagro para meterse en cuartos de final de la Euroliga, ya que necesitan un triunfo de la Lottomatica Roma ante el Panathinaikos -líder de grupo-, además de ganar sus dos últimos choques, incluida su visita a Grecia. Un guión que se antoja utópico.
El Unicaja comenzó nervioso el duelo, lo que se tradujo en un excesivo número de pérdidas en ataque y en una falta de concentración defensiva que aprovecharon los serbios (9-15, m.8), sobre todo de la mano del letal Tripkovic (17 puntos, con 5 triples). Poco a poco fueron ajustando su rendimiento defensivo los de Aíto, que de la mano de Robert Archibald y Carlos Cabezas, muy acertado en el tiro exterior en los compases iniciales, se engancharon al encuentro.
Sin embargo, los malagueños acusaban la pobre actuación de Marcus Haislip, que firmó el peor encuentro de la temporada, y vieron cómo sus rentas, que llegaron a ser de nueve puntos (54-45, m.29) se iban esfumando a medida que Stephane Lasme iba encontrándose más cómodo sobre el parqué. El alero africano se convirtió en una pesadilla para los de Aíto y lideró la reacción de los serbios, que llevaron el encuentro a unos minutos finales agónicos, en los que Omar Cook -soberbio en la dirección- y los aportes interiores de N'Dong sostenían al irregular cuadro andaluz.
Con el choque igualado (65-65, min.39), y el abismo de la eliminación demasiado cerca, el Unicaja se mostró incapaz de resolver, fallando Cabezas el lanzamiento decisivo y enviando el duelo al tiempo extra.
En la prórroga, los nervios atenazaron al cuadro de Aíto García Reneses, que acabó pagando el esfuerzo acumulado en la fase final de la Copa del Rey, mostrándose incapaz de imponer su ritmo pese al aliento de los más de 9.000 hinchas que se encontraban en el Martín Carpena. Milenko Tepic apareció y Velickovic, el principal causante de la derrota malagueña en Belgrado, remató la faena, despertando al Unicaja de su sueño europeo, y dejando contra pronóstico a los malagueños al borde del abismo.