L D (EFE) "Absolutamente. Tanto las federaciones deportivas como la justicia deben investigar los casos de manipulación", responde el jefe de comunicación de T-Mobile, Christian Frommert, en declaraciones al 'Süddeutsche Zeitung', a la pregunta de si debe reabrirse el caso. Frommert argumenta que "las noticias de Bonn evidencian que vale la pena llegar al final", en alusión a las diligencias que sigue la Fiscalía de esa ciudad alemana contra Ullrich por presunto fraude.
Deja en el aire, además, si el equipo reclamará al ciclista los honorarios pagados en caso de demostrarse que incurrió en ese delito, y dice que los abogados "tomarán contacto con la Fiscalía de Bonn y reflexionarán sobre los siguientes pasos a seguir".
El caso de Ullrich, que se retiró de competición el pasado febrero tras meses de escándalo, dio este martes un vuelco al anunciar el fiscal de Bonn, Friedrich Apostel, que las bolsas de sangre incautadas a Fuentes con los nombres "Jan", "Número Uno" o "Hijo de Rudi" corresponden "sin duda alguna" al ciclista.
Apostel rechazó este miércoles las acusaciones lanzadas a continuación por los abogados del ciclista, que insinuaron que dichas pruebas podían haber sido manipuladas. "No hay indicio alguno de tal manipulación", afirmó.
Ullrich, vencedor del Tour en 1997, había sostenido hasta ahora no haber tenido contacto alguno con el doctor español lo que, independientemente de si llega a probarse que se dopó, ha quedado claro que es falso, dijo Frommert.
La trama de la "Operación Puerto" salió a la luz en junio del año pasado, poco antes del inicio del Tour, al incautar la Guardia Civil española unas 200 bolsas de sangre en las dependencias de Fuentes, al parecer la mayoría de ciclistas. Ullrich quedó excluido del Tour, al igual que su entonces compañero de equipo, Óscar Sevilla, y poco después T-Mobile les suspendió a ambos, junto al manager del alemán, Rudy Pevenage.
La Justicia española abrió sumario, pero el pasado marzo cerró el caso por entender que el dopaje no está tipificado como delito y que ninguno de los supuestos "clientes" de Fuentes ha presentado demanda contra éste por lesiones físicas u otros conceptos.
Deja en el aire, además, si el equipo reclamará al ciclista los honorarios pagados en caso de demostrarse que incurrió en ese delito, y dice que los abogados "tomarán contacto con la Fiscalía de Bonn y reflexionarán sobre los siguientes pasos a seguir".
El caso de Ullrich, que se retiró de competición el pasado febrero tras meses de escándalo, dio este martes un vuelco al anunciar el fiscal de Bonn, Friedrich Apostel, que las bolsas de sangre incautadas a Fuentes con los nombres "Jan", "Número Uno" o "Hijo de Rudi" corresponden "sin duda alguna" al ciclista.
Apostel rechazó este miércoles las acusaciones lanzadas a continuación por los abogados del ciclista, que insinuaron que dichas pruebas podían haber sido manipuladas. "No hay indicio alguno de tal manipulación", afirmó.
Ullrich, vencedor del Tour en 1997, había sostenido hasta ahora no haber tenido contacto alguno con el doctor español lo que, independientemente de si llega a probarse que se dopó, ha quedado claro que es falso, dijo Frommert.
La trama de la "Operación Puerto" salió a la luz en junio del año pasado, poco antes del inicio del Tour, al incautar la Guardia Civil española unas 200 bolsas de sangre en las dependencias de Fuentes, al parecer la mayoría de ciclistas. Ullrich quedó excluido del Tour, al igual que su entonces compañero de equipo, Óscar Sevilla, y poco después T-Mobile les suspendió a ambos, junto al manager del alemán, Rudy Pevenage.
La Justicia española abrió sumario, pero el pasado marzo cerró el caso por entender que el dopaje no está tipificado como delito y que ninguno de los supuestos "clientes" de Fuentes ha presentado demanda contra éste por lesiones físicas u otros conceptos.