L D (EFE) Otto, de 27 años, se ha mostrado sólido para conseguir lo más destacado de su carrera, en la que todavía no hay títulos. Un jugador inexperto como él, en su primera vuelta de un Abierto Británico, lograba el mejor resultado en un campo que si algo reclama es experiencia. Las cuatro letras de Otto y la normalidad han sido las notas dominantes en el link del Royal St.George inglés. Es decir, el campo presentó su talla estándar: fortísimo viento, frío y calor, sol y lluvia, un campo repleto de badenes, duro, con greenes rápidos y ondulados, banderas imposibles, golpes ciegos, escasas referencias... En resumen, un horror que se tradujo en una crónica de sucesos.
Esa horrorosa normalidad fue, al cabo, un rugido que asustó a los favoritos y a los tres españoles, pero levantó el ánimo a Otto y a los dos golfistas que comparten la segunda plaza: el veterano multimillonario de 48 años, y otrora el mejor del mundo, Greg Norman (69 golpes) y el estadounidense Davis Love III, supuestamente deprimido por el suicidio de un cuñado. Arrugados han quedado Tiger Woods (73 impactos) y el último campeón del Masters de Augusta, el canadiense zurdo Mike Weir (74), que ha arrastrado hasta Inglaterra a más de una docena de informadores de su país. También han fallado Jim Furyk (74) -último campeón del Abierto estadounidense- y Ernie Els (78), el surafricano que defiende el título y al que sólo le supera Tiger en la clasificación mundial. El escocés Colin Montgomerie se lesionaba en la muñeca y abandonaba en el séptimo hoyo. El estadounidense Paul Azinger se vio, asimismo, obligado a la retirada.
Por los mismos derroteros anduvieron los españoles José María Olazábal (74 tiros) y Sergio García (73), y peor Ignacio Garrido (80). El jueves del Abiero ha sido, pues, un día de golpes y favoritos tendidos. De medios golpes para paliar el efecto del viento en las alturas. Fue preciso disparar por bajo, ver la bola rodar y encomendarse al Santo Patrón para que ésta quedase cerca de bandera. Tiger fue la primera víctima de un viento que, por su intensidad, hubiese paralizado la navegación de cualquier velero que surcase las aguas próximas del Canal de La Mancha. La primera bola lanzada por el número uno del mundo se marchó a un rough que cubre hasta las rodillas. La posterior labor de búsqueda, a la que se apuntaron al menos 20 voluntarios entre oficiales, árbitros y algún que otro ayudante de cámara, resultó infructuosa. La bola no apareció y Tiger fue conducido de nuevo hasta el tee del uno para lanzar un segundo tiro con penalidad. Total: triple bogey para empezar a hablar.
"Es la primera vez que me ocurre algo así en mi vida", admite Tiger, quien no obstante lograba 1 bajo par en los 17 hoyos restantes. Aunque el viento llegase a mover bolas en greenes mediada la tarde, el día exigía, sobre todas las cosas, manejar con precisión el putt . Ese palo, el más corto, fue nefasto para Olazábal (34 toques) y también para Sergio García (32). Fue, en cambio, manejado con destreza por Norman (27) y Tiger (29), este último salvado por ese motivo. El caso es que Olazábal atravesó los primeros 9 hoyos con un juego de campeón. No falló calle alguna, y atrapó todos los greenes menos uno. Pero con la bola a 3 ó 4 metros del agujero, el vasco se ha mostrado incapaz de embocar. Al mismo tiempo que Olazábal fallaba en los greenes , Norman, el último campeón del Open en este campo (1993), daba un recital de juego. El australiano, acostumbrado por estos lares a dejar colgado su sombrero en el perchero, se adaptó al campo como un camaleón, pese a que sólo ha jugado este año tres torneos. En el hoyo 4 se marcó un eagle espectacular, y llegó a ir 4 abajo encaramado al liderato.
García, también genial como Norman pero 25 años más joven, tuvo en sus manos alcanzar el liderato. Atravesado el ecuador, el castellonense le sacaba cinco golpes al propio Tiger, su compañero de partido. Todo se fue al traste en los últimos seis hoyos, en donde el español cometió cuatro bogeys . "En ningún momento he notado que tenía que haberlos hecho. Los golpes han sido francamente buenos", comentaba García sobre esa cadena de errores en el tramo final del recorrido. Al final, los 73 de Tiger y García, o los 74 de Olazábal, no resultaron penosos. Más bien hay que pensar que siguen inmersos en la pelea descrita la crisis generalizada.
Clasificación tras la primera jornada
1. Hennie Otto (RSA) 68 golpes (3 bajo par)
2. Greg Norman (AUS) 69
+. Davis Love III (USA) 69
4. S.K. Ho (CDS) 70
+. Fredrik Jacobson (SUE) 70
6. Gary Evans (ING) 71
+. Tom Watson (USA) 71
+. Fred Couples (USA) 71
+. Charles Howell III (USA) 71
+. Thomas Levet (FRA) 71
...
22. Sergio García (ESP) 73
39. José María Olazábal (ESP) 74
131. Ignacio Garrido (ESP) 80
Esa horrorosa normalidad fue, al cabo, un rugido que asustó a los favoritos y a los tres españoles, pero levantó el ánimo a Otto y a los dos golfistas que comparten la segunda plaza: el veterano multimillonario de 48 años, y otrora el mejor del mundo, Greg Norman (69 golpes) y el estadounidense Davis Love III, supuestamente deprimido por el suicidio de un cuñado. Arrugados han quedado Tiger Woods (73 impactos) y el último campeón del Masters de Augusta, el canadiense zurdo Mike Weir (74), que ha arrastrado hasta Inglaterra a más de una docena de informadores de su país. También han fallado Jim Furyk (74) -último campeón del Abierto estadounidense- y Ernie Els (78), el surafricano que defiende el título y al que sólo le supera Tiger en la clasificación mundial. El escocés Colin Montgomerie se lesionaba en la muñeca y abandonaba en el séptimo hoyo. El estadounidense Paul Azinger se vio, asimismo, obligado a la retirada.
Por los mismos derroteros anduvieron los españoles José María Olazábal (74 tiros) y Sergio García (73), y peor Ignacio Garrido (80). El jueves del Abiero ha sido, pues, un día de golpes y favoritos tendidos. De medios golpes para paliar el efecto del viento en las alturas. Fue preciso disparar por bajo, ver la bola rodar y encomendarse al Santo Patrón para que ésta quedase cerca de bandera. Tiger fue la primera víctima de un viento que, por su intensidad, hubiese paralizado la navegación de cualquier velero que surcase las aguas próximas del Canal de La Mancha. La primera bola lanzada por el número uno del mundo se marchó a un rough que cubre hasta las rodillas. La posterior labor de búsqueda, a la que se apuntaron al menos 20 voluntarios entre oficiales, árbitros y algún que otro ayudante de cámara, resultó infructuosa. La bola no apareció y Tiger fue conducido de nuevo hasta el tee del uno para lanzar un segundo tiro con penalidad. Total: triple bogey para empezar a hablar.
"Es la primera vez que me ocurre algo así en mi vida", admite Tiger, quien no obstante lograba 1 bajo par en los 17 hoyos restantes. Aunque el viento llegase a mover bolas en greenes mediada la tarde, el día exigía, sobre todas las cosas, manejar con precisión el putt . Ese palo, el más corto, fue nefasto para Olazábal (34 toques) y también para Sergio García (32). Fue, en cambio, manejado con destreza por Norman (27) y Tiger (29), este último salvado por ese motivo. El caso es que Olazábal atravesó los primeros 9 hoyos con un juego de campeón. No falló calle alguna, y atrapó todos los greenes menos uno. Pero con la bola a 3 ó 4 metros del agujero, el vasco se ha mostrado incapaz de embocar. Al mismo tiempo que Olazábal fallaba en los greenes , Norman, el último campeón del Open en este campo (1993), daba un recital de juego. El australiano, acostumbrado por estos lares a dejar colgado su sombrero en el perchero, se adaptó al campo como un camaleón, pese a que sólo ha jugado este año tres torneos. En el hoyo 4 se marcó un eagle espectacular, y llegó a ir 4 abajo encaramado al liderato.
García, también genial como Norman pero 25 años más joven, tuvo en sus manos alcanzar el liderato. Atravesado el ecuador, el castellonense le sacaba cinco golpes al propio Tiger, su compañero de partido. Todo se fue al traste en los últimos seis hoyos, en donde el español cometió cuatro bogeys . "En ningún momento he notado que tenía que haberlos hecho. Los golpes han sido francamente buenos", comentaba García sobre esa cadena de errores en el tramo final del recorrido. Al final, los 73 de Tiger y García, o los 74 de Olazábal, no resultaron penosos. Más bien hay que pensar que siguen inmersos en la pelea descrita la crisis generalizada.
Clasificación tras la primera jornada
1. Hennie Otto (RSA) 68 golpes (3 bajo par)
2. Greg Norman (AUS) 69
+. Davis Love III (USA) 69
4. S.K. Ho (CDS) 70
+. Fredrik Jacobson (SUE) 70
6. Gary Evans (ING) 71
+. Tom Watson (USA) 71
+. Fred Couples (USA) 71
+. Charles Howell III (USA) 71
+. Thomas Levet (FRA) 71
...
22. Sergio García (ESP) 73
39. José María Olazábal (ESP) 74
131. Ignacio Garrido (ESP) 80