El Barcelona aprovecha la campanada del Sporting en el Bernabéu

El Barcelona ha cosechado una nueva victoria en El Madrigal (0-1) gracias a un tanto de Piqué que tiñe la Liga de azulgrana tras la victoria del Sporting en el Bernabéu. Una de las jornadas que parecían, a priori, propicia para que los blancos recortaran puntos ha resultado muy favorable para el Barcelona. Ahora sí, la Liga tiene dueño, y antes del clásico del Bernabéu.

Adiós récord, adiós Liga

Sorpresón (0-1) en el Bernabéu, y de los que valen una Liga entera. Muy felices se las prometían los blancos ante la visita del Sporting, de la que apenas se había hablado durante la semana, pero Preciado tejió una tela de araña en el centro del campo que sorprendió a todos, y De las Cuevas anotó un tanto que despide, si no lo estaba ya, al Real Madrid del título de Liga y rompe el récord de Mourinho de nueve años sin caer en casa en la competición doméstica.

El partido comenzó con una acción polémica. A los dos minutos Granero colgó una falta lateral, Albiol la tocó y Carvalho remató a gol. Sin embargo, González González, a instancias de su asistente, consideró que el balón había salido por línea de fondo cuando la prolongó el valenciano. Una decisión, cuando menos, dudosa.

Más allá de esta jugada, el Real Madrid no lograba crear ocasiones. La disposición táctica de Preciado, con muchos hombres en la medular, las líneas muy juntas y una fuerte presión en mitad de campo, parecía inquebrantable, y ni Granero, que lo intentó pero no tuvo fortuna, ni Ozil (¿estuvo hoy el alemán en el Bernabéu?) consiguieron que el balón fuera blanco. Con todo, el tiempo avanzaba, y las acciones no llegaban. De hecho, el mayor susto se produjo en las botas de Barral, que no acertó a portería vacía después de marcharse de Casillas.

Tras el descanso el Real Madrid salió mejor, en busca de un gol que evitara sufrimientos posteriores. Pero entre la falta de acierto, la buena tarde de Juan Pablo, y el egoísmo de Di María, ese tanto no llegó. Ni iba a llegar. A los 57 minutos volvió Higuaín después de varios meses en el dique seco, pero de poco sirivió. De hecho, el argentino dispuso de una gran oportunidad, pero su disparo, al muñeco, fue atajado por Juan Pablo.

En vista de que no había manera de abrir el marcador, Mourinho decidió tomar cartas, y realizó un doble cambio a falta de 20 minutos para situar una defensa de tres. A veces sale bien, a veces sale mal. Hoy tocó la segunda, pero no se puede culpar al portugués. En el minuto 78 una buena acción entre Nacho Novo y De las Cuevas, aprovechando el desconcierto de Pepe, terminó con el balón en las botas del segundo dentro del área. El canterano del Atlético le pegó de primeras, y le salió un disparo perfecto, raso, pegado al palo, ante el que nada pudo hacer Casillas. En el primer disparo a portería del Sporting en todo el encuentro llegaba el gol. Justo premio a un partido perfecto tácticamente.

Sólo entonces, incomprensiblemente, busco reaccionar el Madrid. A la heroica. Pero eso no siempre sirve. De hecho, casi nunca. Y hoy no iba a ser distinto. Varias fueron las opciones de Khedira, Adebayor o Canales, pero Juan Pablo acertó casi siempre, y cuando no lo hizo, ahí estaba un jugador del Sporting colgado del larguero para sacar el balón sobre la línea.

Y con esa imagen se terminó el encuentro, con el Madrid desesperado en busca de un imposible que se le escapa delante de sus ojos, metáfora perfecta de lo que ha sido esta Liga.