El Sporting de Braga ha cosechado un resultado muy positivo en la ida de la tercera eliminatoria previa de la Champions. Los andaluces no pueden estar contentos después de dejar pasar una primera mitad donde fueron superiores para bajar el listón y estar a merced de su rival en una segunda parte para olvidar. Completamente al contrario de lo sucedido en la ida de la Supercopa de España ante el Barcelona.
El Sevilla dominó con total autoridad una primera mitad donde sólo le faltó el gol. Con un centro del campo mucho más ofensivo que en la época de Manolo Jiménez –Zokora y Renato, mediocentros- la propuesta de Antonio Álvarez resultó muy atractiva aunque poco efectiva de cara a portería. Además, tardó demasiado en hacer los cambios cuando el Sevilla perdió la manija del encuentro en la segunda mitad. Sólo introdujo a Perotti y a Negredo pasada la hora de juego y con el partido cuesta arriba.
La mejor ocasión de la primera parte para los andaluces la tuvo en su cabeza Luis Fabiano en los primeros compases del encuentro, pero la madera repelió su remate. El Sevilla lo siguió intentando de manera incansable, siempre con un buen trato de balón, pero las bandas –hoy ocupadas por Capel y Navas- estuvieron menos incisivas que de costumbre y se fueron a los vestuarios con sensación de haber merecido más aunque con el susto en el cuerpo, ya que Palop salvó un mano a mano en el último minuto, presagio de lo que vendría después.
Pese a que el Sevilla se diluyó en la segunda parte, a los cinco minutos de la reanudación, Jesús Navas ya puso en apuros al guardameta del Braga, pero su disparó se marchó al lateral de la red. Sin embargo, el Sevilla no plasmó en el marcador su superioridad y el Sporting de Braga no perdonó. A la hora de juego, un balón colgado al área fue rematado por Paulo César, Palop hizo un paradón de escándalo, pero el rechace lo empujó a la red Matheus, en posible fuera de juego.
El gol envalentonó al equipo local y el Sporting empujaba con fuerza ante la falta de intensidad del Sevilla, que parecía dormido. A los 70 minutos, Palop tuvo que volver a salvar a su equipo en otro mano a mano ante Salino y, pese a los cambios, el equipo de Álvarez seguía sin reaccionar. Y el resultado pudo ser peor porque Lima estrelló el balón en el larguero en el 90 cuando Jesús Navas tiraba de su equipo con centros que no encontraban rematador. De esta forma, el Sevilla cosecha un resultado muy peligroso para la vuelta aunque tendrá opciones de remontar a un equipo portugués bien trabajado pero con escasa calidad.