El Sevilla se ve frenado en su asalto al liderato al empatar en Getafe (0-0)

L D (EFE) El Sevilla asustó muy pronto. La parroquia getafense todavía no estaba en sus asientos cuando Christian Poulsen cabeceó una falta que Luis García sacó de manera salvadora. El guardameta local comenzó fuerte en la difícil tarea de sustituir al 'Pato' Abbondanzieri, el arquero menos goleado de todo el campeonato. Las intenciones del conjunto sevillano parecían claras: marcar lo más rápido posible para que el Getafe fuese a remolque el resto del duelo, una situación que los hombres de Schuster no suelen resolver. Fruto de esas intenciones nació la segunda ocasión sevillista en los pies de Luis Fabiano, desperdiciada por culpa de un Luis García que volvió a hacer una gran intervención.

Tardó poco el Getafe en reaccionar. A los 15 minutos se estabilizaron las trincheras y el equipo azulón comenzó a disfrutar de alguna ocasión que sirvió para calmar los ánimos al Sevilla. Dani Güiza pudo marcar tras una brillante internada por la banda izquierda. Minutos después Sousa tuvo en sus botas el primer tanto, pero Palop desbarató la mejor ocasión azulona del primer tiempo. Con empate a dos en ocasiones, el choque se calmó y la locura dio paso a una tensa calma. Ninguno de los dos equipos acechaba el área rival, pero en el ambiente flotaba la sensación de que cualquiera de los dos podría marcar en cualquier momento. Kanouté se convirtió en una isla abandonada a su suerte que nadie podía visitar. En 45 minutos, el francés sólo tiró una vez entre los tres palos.

Sin más historias que contar concluyó el primer período, en el que los porteros fueron los grandes protagonistas. Pese al empate en el marcador sin goles, los 22 futbolistas no aburrieron a los espectadores, que disfrutaban de un aceptable espectáculo. Pero ambos conjuntos saltaron al césped con una actitud diferente que la que protagonizaron en el primer acto. Los dos equipos se enzarzaron en una aburrida lucha en el centro del campo de la que ninguno parecía salir vencedor. Los balones volaban por encima de las cabezas de Casquero y Poulsen, cerebros de ambos clubes, y el choque se convirtió en una guerra de balonazos.

En 30 minutos nadie disparó en ninguna de las dos porterías. Juande Ramos movió el banquillo y quitó a Kanouté, desaparecido durante todo el encuentro, para poner a Chevanton. Schuster, a su vez, eligió a la joven promesa uruguaya, Angel Albín, para dar más ritmo a sus futbolistas e intentar romper la tela de araña que enredaba el juego de sus hombres. Tanto Sevilla como Getafe acusaban sus bajas. La banda izquierda andaluza estaba huérfana sin Puerta ni Adriano. Tampoco ayudaba mucho la baja de Dani Alves, que restó mordiente al ala derecha sevillista. En el Getafe se echaba de menos la movilidad de Manu del Moral, lesionado a última hora, que provocó que Daniel Güiza perdiera a un buen socio.

La ausencia de tantos protagonistas y la apatía de ambos equipos por ir a por la victoria auguraban un empate a cero o una victoria por la mínima del primero que marcase. Quedaban cinco minutos para la conclusión del encuentro y nadie había disparado entre los tres palos. Entonces el Getafe se lanzó a por la victoria y en un córner Belenguer estuvo a punto de deshacer la igualada. No hubo más en el partido. Al final éste pareció alocarse, pero las prisas no son buenas para aquellos no hacen los deberes con previsión. Nadie pudo marcar y deshacer el triste empate a cero, que frena las aspiraciones ligueras del Sevilla y las europeas del Getafe.