El Real Madrid se pone a dos puntos del liderato con una convicente victoria ante el Osasuna (2-0)

(Libertad Digital) El Madrid jugó diez minutos iniciales impecables, de lo mejor del año. Y, además, en el Bernabéu, donde hasta hace bien poco era un chollo jugar para cualquier equipo, menos al de Fabio Capello. Había expectación por ver el regreso de la sociedad Emerson-Diarra al medio centro. Los dos cumplieron y además aparecieron en el gol de Raúl: el de Mali mandó un buen balón, el brasileño lo cabeceó al corazón del área y el capitán lo mandó a la red ante la oposición de Ricardo. La primera lectura que ha dejado el partido es que Raúl, jugando cerca del área y arropado, puede marcar goles, ganando además su equipo en llegada. Jugó el conjunto de Capello unos minutos primorosos, con varias ocasiones en el área de Ricardo, aunque el cuadro navarro también tuvo su oportunidad con una gran volea de David López que despejó Casillas con apuros (m.9).

 

Lo celebró con rabia el gol Raúl, a quien se le ve con ganas de tapar bocas. Quiere que el Madrid juegue al primer toque y con verticalidad, como juegan los grandes de Europa. Es un problema cultural que Robinho comienza a entender y, de paso, se adapta al fútbol europeo. Cuantas menos bicicletas hace el brasileño, mejor juega el Madrid. O por lo menos es más práctico. El 10 blanco aparecía esta vez en el momento justo, para marcar y aumentar la cuenta. El Madrid le necesita fuerte mentalmente justo en la recta final del campeonato. Y a Robinho ahora se le ve más sólido.

Bajó el Real Madrid el ritmo tras el paso por vestuarios y a punto estuvo de pagarlo caro ante un Osasuna que no ha sido tan fiero como lo pintaban. Webó ha defraudado en su paso por Chamartín, aunque cierto es que gozó de una buena ocasión a lo 61 minutos con un cabezazo que se marchó alto por muy poco. Antes que eso, Sergio Ramos puso en apuros a Ricardo con un disparo desde la frontal del área. Siguió achuchando el conjunto del 'Cuco' Ziganda en la segunda parte ante un Real Madrid dormido y un tanto apático.

 

Y cuando peor lo estaban pasando, los blancos lograrían el 2-0 a diez minutos para el final del tiempo reglamentario. Higuaín, bastante activo por la banda derecha, puso un balón hacia la otra banda a Robinho, quien la dejó a Van Nistelrooy. No llegó a rematar el holandés tras el rechace del portero osasunista, pero sí lo hizo el brasileño para marcar su cuarto gol en Liga. También mereció el premio Emerson. En un día complicado después de semanas sin aparecer en el Bernabéu, el medio centro brasileño estuvo atrevido, no se escondió y pidió la pelota. Mereció el gol en sus entradas desde la segunda línea, rematando de cabeza, un recurso donde él es brillante.