Crónica del CSKA de Moscú 89 - Real Madrid 73
El Madrid ha cavado su propia tumba, pues nunca estuvo en el partido ante el CSKA. Nunca miró de tú a tú al organizador de la Final Four. El equipo de Boza Maljkovic aterrizó en Moscú con el agua al cuello por culpa de dos derrotas mínimas en sendas prórrogas -contra el propio CSKA por un punto y ante el Scavolini de Pésaro por dos- y los rusos le sacaron de la cancha. El Madrid eligió el peor momento y al peor rival para abrir un partido de la manera en que lo hizo sobre el parqué del Universal Hall Sports. Blando en defensa, perdido en ataque y sin ninguna tensión, permitió que un CSKA hiper-motivado le pasara por encima como un rodillo.
Los rusos, atrincherados en una defensa inexpugnable para los blancos, voraces en la recuperación de balón y con su conocida efectividad ofensiva, abrieron brecha casi sin oposición. A los seis minutos, el conjunto blanco perdía por trece puntos (20-7) y, lo que es peor, sin dar muestras de tener la actitud necesaria. Cuando la ventaja rebasaba los 30 puntos, en el tercer cuarto (74-43), los jugadores del CSKA seguían lanzándose a por cada balón como lobos. Parecía que eran ellos los que iban por detrás en el marcador. El bloque madridista, mientras tanto, se miraba los pies con la derrota asumida.
Pat Burke, con 7 puntos en el primer cuarto, impidió una debacle absoluta e inmediata. Demos Dikoudis y Marcus Brown, que anotó sus once primeros puntos sin fallo, abrieron la boca del infierno que abrasó al Madrid en la capital de Rusia. Brown fue una ametralladora. Sumó 21 puntos casi sin fallos. Metió seis de sus nueve intentos de dos puntos, dos de dos en triples y tres de tres en tiros libres. Luego despertó John Robert Holden, que consiguió trece puntos en las pocas ocasiones que decidió mirar al aro. Tampoco se quedó atrás David Andersen, que campó a sus anchas por la pintura, como Dikoudis.
Salvo el espejismo de reacción sugerido en el segundo cuarto (40-28), el Madrid naufragó sin paliativos. Entre otras cosas, porque perdió 17 balones y porque, inoperante en defensa, construyó ataques atropellados y sin confianza. El CSKA acabó el partido con casi todo su quinteto titular en el banquillo, sobrado de fuerzas, de puntos y de todo. El técnico Dusan Ivkovic dio minutos incluso al joven Vassili Zavoruev, de 18 años. Todo le había salido bien y, enfrente, el Madrid coqueteó con lo que pudo convertirse en su derrota más amplia en Europa. La Euroliga 2004-05, aunque todavía falte la visita del Barcelona a Vistalegre, ya es historia para los blancos.
Crónica del Tau Cerámica 86 - Panathinaikos 69
El Tau Cerámica se ha exhibido ante un Panathinaikos desarbolado por completo. Los hombres de Dusko Ivanovic deberán ganar ahora en Kaunas al Zalgiris tras superar con creces la diferencia de doce puntos encajada en la ida de Atenas. El partido comenzó con una fuerte y asfixiante defensa del equipo español, lo que creó muchos problemas al juego interior de los griegos, que sólo anotaron dos triples por medio de Lakovic y Scepanovic hasta el minuto 5 del primer cuarto (10-6). Los locales, con Scola y Kornel David en plena producción ofensiva, se colocaron arriba en el marcador con un 14-6 en el minuto 7. Al término del primer cuarto, el Tau llegó con una renta de siete puntos (21-14), con todas las canastas del Panathinaikos anotadas desde fuera del perímetro (dos de Lakovic, una de Scepanovic y otra de Tsartsaris), más una canasta doble de Scepanovic en un contrataque.
La tercera falta personal de David en el minuto 12 le llevó al banquillo, entrando en cancha Tiago Splitter en su lugar, aunque ello no influyó a la hora de que los baskonistas se escaparan en el luminoso (30-16, m. 13), gracias a una canasta de Kornel David, seguida de un mate espectacular de Travis Hansen. Lo cierto es que el estadounidense estuvo espléndido, tanto en defensa como en ataque. José Manuel Calderón reapareció en pista, tras su lesión en el gemelo de la pierna derecha, al filo del minuto 14, en medio de una gran ovación del fervoroso y entregado público local. La diferencia a favor de los baskonistas subió a los veinte puntos (43-23) en el minuto 19, para llegarse al intermedio con una esperanzadora renta de diecisiete (45-28).
La duda que revoloteaba sobre el Fernando Buesa Arena era saber si el ciclón del Tau sería capaz de mantener el alto ritmo de juego a la hora de jugar y de correr, junto con su tremenda intensidad defensiva, en los dos últimos cuartos de la confrontación ante un equipo tan veterano como el Panathinaikos. La salida a pista del ex barcelonista Patrick Femerling en el minuto 25, fue respondida ipso facto por Dusko Ivanovic colocando a Andrew Betts, que actuó muy motivado en esta ocasión. Hansen siguió en vena, ya que un triple y un dos más uno suyos, colocaron en el electrónico un 55-37 (m. 27), para luego tomarle el relevo Calderón, con un triple, dos tiros libres anotados y otra canasta doble tras una entrada fulminante (62-43, m. 29).
Al final del tercer cuarto, con un parcial de 19-18 para el Tau en este período, la diferencia se mantuvo para los locales en los dieciocho puntos (64-46). A falta de tres minutos y medio para el final del encuentro, el Tau, que ya tenía ganado el partido desde hacía mucho tiempo, siguió con su exhibición de garra y acierto en ataque (78-59), con hombres como Kornel David, Macijauskas, Pablo Prigioni, Sergi Vidal y Luis Scola muy acertados en todo momento.