(Libertad Digital) Las ausencias de Ronaldo y Roberto Carlos y el hecho de que Raúl acabara de salir de una lesión pudo contrarrestarlo el Real Madrid con un gran juego colectivo, concentración, orgullo y, sobre todo, casta.
Derrotado en los despachos de la UEFA, que había impuesto dos partidos de suspensión al defensa brasileño, los galácticos afrontaron heridos el segundo asalto de la eliminatoria de octavos de final, aunque finalmente ganaron la batalla al Bayern. Le sirvió de mucho el ambiente de un estadio abarrotado por cerca de 80.000 aficionados.
Los partidos entre Real Madrid y Bayern en el Bernabéu, muy habituales en los últimos tiempos, producen una importante subida de adrenalina entre la afición madridista, fría por naturaleza, y también en sus jugadores. La rivalidad es grande y viene de lejos. Mantener su portería a cero le bastaba al equipo de Carlos Queiroz para seguir adelante y esta vez, como dictaba la lógica, no se lanzó a un ataque desenfrenado cuando el árbitro, el suizo Urs Meier, pito el inicio del duelo. Le tocaba arriesgar más al Bayern.
Pero el cuadro de Ottmar Hitzfeld no lo hizo y mostró las carencias que le tienen sumido en una crisis importante desde el comienzo de temporada. Michael Ballack, el jugador llamado a tomar el relevo de Stefan Effenberg como conductor del juego del Bayern, volvió a fallar. Juega andando, a cámara lenta y con aparente desgana, y el equipo bávaro, sobrado de fuerza física, se queda sin ideas y sin armas para doblegar a su rival. La brega de Ze Roberto mantuvo de pie en el primer tiempo a un Bayern muy agazapado, a la espera de un golpe aislado de Roy Makaay. Mientras, el Madrid, sin hacer un juego brillante, marcó el ritmo, bien conducido por Guti, y con Zidane deleitando a la afición blanca con un repertorio inacabable de controles imposibles.
Precisamente Zidane, que jugó más adelantado que nunca como segundo delantero por detrás de Raúl, marcó el gol de los blancos en el minuto 32. Lo firmó a puerta vacía tras un pase de cabeza de Míchel Salgado, que sacó oro de una jugada que parecía intrascendente. Raúl había estado a punto de marcar en el 16, también de cabeza, aunque las ocasiones de gol escasearon en el primer tiempo. Sólo al filo del descanso el Bayern puso en apuros a Iker Casillas, primero con un tiro de Ze Roberto y luego con otro de Makaay. El portero madrileño, de nuevo excepcional, respondió a ambos con espectaculares paradas. Míchel Salgado salvó bajo palos un tiro de Pizarro en la última jugada de la primera mitad. Fueron tres latigazos en cadena de un Bayern hasta entonces dormido.
En el segundo acto fue más ambicioso el equipo bávaro, porque no le quedaba otro remedio para seguir con vida, y confirmó que siempre vende caras las derrotas. Presionó más al equipo blanco y el Real Madrid pasó de dominador a dominado. El Bayern de Múnich de adueñó del balón, pero no encontró la manera de romper la muralla madridista. Le falta talento, precisamente lo que le sobra al equipo blanco. Y fue el Real Madrid el que tuvo las mejores opciones de marcar en el segundo tiempo. Zidane desperdició una excelente en el minuto 60, Beckham estrelló un lanzamiento de falta en el lateral de la red de la portería de Kahn (minuto 69) y Solari también rondó el gol con un disparo cruzado (76).
Pero la mejor la tuvo Guti, que perdió un mano a mano con Kahn en el minuto 83 cuando todo el estadio cantaba gol. El alemán es un gran portero, pese a la cantada que valió el gol de Roberto Carlos en la ida, y volvió a demostrarlo. Él solo, sin embargo, no pudo ganarle al Real Madrid. Dijo que intentaría hacerlo para enmendar su error garrafal de hace dos semanas, pero era imposible. Y lo sabía. El partido concluyó tras un amago de tangana entre los jugadores y con el público del Bernabéu enardecido por el triunfo de su equipo. Dejar en la cuneta al Bayern no es cualquier cosa para el equipo más laureado del mundo.
Los partidos entre Real Madrid y Bayern en el Bernabéu, muy habituales en los últimos tiempos, producen una importante subida de adrenalina entre la afición madridista, fría por naturaleza, y también en sus jugadores. La rivalidad es grande y viene de lejos. Mantener su portería a cero le bastaba al equipo de Carlos Queiroz para seguir adelante y esta vez, como dictaba la lógica, no se lanzó a un ataque desenfrenado cuando el árbitro, el suizo Urs Meier, pito el inicio del duelo. Le tocaba arriesgar más al Bayern.
Pero el cuadro de Ottmar Hitzfeld no lo hizo y mostró las carencias que le tienen sumido en una crisis importante desde el comienzo de temporada. Michael Ballack, el jugador llamado a tomar el relevo de Stefan Effenberg como conductor del juego del Bayern, volvió a fallar. Juega andando, a cámara lenta y con aparente desgana, y el equipo bávaro, sobrado de fuerza física, se queda sin ideas y sin armas para doblegar a su rival. La brega de Ze Roberto mantuvo de pie en el primer tiempo a un Bayern muy agazapado, a la espera de un golpe aislado de Roy Makaay. Mientras, el Madrid, sin hacer un juego brillante, marcó el ritmo, bien conducido por Guti, y con Zidane deleitando a la afición blanca con un repertorio inacabable de controles imposibles.
Precisamente Zidane, que jugó más adelantado que nunca como segundo delantero por detrás de Raúl, marcó el gol de los blancos en el minuto 32. Lo firmó a puerta vacía tras un pase de cabeza de Míchel Salgado, que sacó oro de una jugada que parecía intrascendente. Raúl había estado a punto de marcar en el 16, también de cabeza, aunque las ocasiones de gol escasearon en el primer tiempo. Sólo al filo del descanso el Bayern puso en apuros a Iker Casillas, primero con un tiro de Ze Roberto y luego con otro de Makaay. El portero madrileño, de nuevo excepcional, respondió a ambos con espectaculares paradas. Míchel Salgado salvó bajo palos un tiro de Pizarro en la última jugada de la primera mitad. Fueron tres latigazos en cadena de un Bayern hasta entonces dormido.
En el segundo acto fue más ambicioso el equipo bávaro, porque no le quedaba otro remedio para seguir con vida, y confirmó que siempre vende caras las derrotas. Presionó más al equipo blanco y el Real Madrid pasó de dominador a dominado. El Bayern de Múnich de adueñó del balón, pero no encontró la manera de romper la muralla madridista. Le falta talento, precisamente lo que le sobra al equipo blanco. Y fue el Real Madrid el que tuvo las mejores opciones de marcar en el segundo tiempo. Zidane desperdició una excelente en el minuto 60, Beckham estrelló un lanzamiento de falta en el lateral de la red de la portería de Kahn (minuto 69) y Solari también rondó el gol con un disparo cruzado (76).
Pero la mejor la tuvo Guti, que perdió un mano a mano con Kahn en el minuto 83 cuando todo el estadio cantaba gol. El alemán es un gran portero, pese a la cantada que valió el gol de Roberto Carlos en la ida, y volvió a demostrarlo. Él solo, sin embargo, no pudo ganarle al Real Madrid. Dijo que intentaría hacerlo para enmendar su error garrafal de hace dos semanas, pero era imposible. Y lo sabía. El partido concluyó tras un amago de tangana entre los jugadores y con el público del Bernabéu enardecido por el triunfo de su equipo. Dejar en la cuneta al Bayern no es cualquier cosa para el equipo más laureado del mundo.
Ficha técnica del partido
Real Madrid, 1: Casillas; Míchel Salgado, Mejía, Helguera, Raúl Bravo; Beckham, Guti (Borja, m.92); Figo, Zidane, Solari (Cambiasso, m.90); y Raúl
Bayern de Múnich, 0: Kahn; Sagnol (Salihamidzic, m.66), Kuffour, Kovac, Lizarazu; Hargreaves (Schweinsteiger, m.46), Ballack, Demichelis, Ze Roberto; Pizarro (Santa Cruz, m.68) y Makaay
Gol: 1-0, m.32: Zidane
Árbitro: Urs Meier (Suiza). Mostró tarjeta amarilla a Ze Roberto (m.14), Míchel Salgado (m.15) y Lizarazu (m.69)
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 80.000 espectadores, entre ellos unos 3.000 alemanes. Asistió al encuentro el Rey Don Juan Carlos
Bayern de Múnich, 0: Kahn; Sagnol (Salihamidzic, m.66), Kuffour, Kovac, Lizarazu; Hargreaves (Schweinsteiger, m.46), Ballack, Demichelis, Ze Roberto; Pizarro (Santa Cruz, m.68) y Makaay
Gol: 1-0, m.32: Zidane
Árbitro: Urs Meier (Suiza). Mostró tarjeta amarilla a Ze Roberto (m.14), Míchel Salgado (m.15) y Lizarazu (m.69)
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 80.000 espectadores, entre ellos unos 3.000 alemanes. Asistió al encuentro el Rey Don Juan Carlos