(Libertad Digital) La marcha de Beckham a Londres para jugar sólo siete minutos en Highbury Park en el homenaje a Martin Keown, central del Arsenal, es la gota que colma el vaso de la paciencia del Real Madrid.
No importa que el centrocampista inglés jugara unos pocos minutos, porque se fue a Londres nada más aterrizar la noche del domingo en Barajas tras disputar el partido con el equipo blanco en Murcia (2-1), donde fue expulsado en el minuto 35 con roja directa por llamar "hijo de puta" al árbitro, Turienzo Álvarez. Lo hizo en español. En cualquier caso, el Real Madrid no le dio permiso para desplazarse a su país y, a pesar de eso, Becks hizo caso omiso.
Lo que hace unos días parecía imposible ahora toma visos de realidad. Beckham ha pasado de ser intocable a poder tener sus horas contadas en el Real Madrid. Y más si llega un entrenador como José Antonio Camacho, que no permite ni una sola frivolidad a sus jugadores. Florentino Pérez y Jorge Valdano aún no han decidido sobre la posible marcha del crack inglés. Hace tres semanas, Pérez, Valdano y Carlos Queiroz le garantizaron que contarían con él para la próxima temporada. Ahora las cosas han cambiado.