(Libertad Digital) Según ha publicado este martes el diario El Mundo, el Real Madrid ha aceptado dicho partido por la gran cantidad de dinero que se embolsará. El club ha llegado a un acuerdo para que un millón de euros de los percibidos sean donados a organizaciones humanitarias. El partido servirá para que Suráfrica promocione su candidatura del Mundial de fútbol del año 2010. Para esa edición también será candidato Marruecos, país al que España ha ofrecido su apoyo.
Por esta razón, en esa parte del año el calendario del Real Madrid será infernal y es posible que determine mucho de su futuro deportivo, algo que a veces parece olvidar la directiva blanca. Todo empezará el 21 de febrero cuando el Real Madrid tenga que desplazarse a Barcelona para jugar ante el Espanyol. Esa misma semana, es decir dos días después, tendrá que jugar en el estadio Olímpico de Múnich ante el siempre exigente Bayern. El 28 del mismo mes recibirá en el Bernabéu al Celta para rápidamente alistar maletas y viajar a Johannesburgo y así cumplir con el compromiso en Sudáfrica.
Eso sería el 2 de marzo y al día siguiente regresaría a España para preparar su encuentro ante el Racing de Santander en El Sardinero. Unos días después, el 9 de marzo, los blancos reciben al Bayern para el partido de vuelta de la Champions. La única ventaja que podemos notar en este periplo, aparte del dinero claro, es que en ningún momento los jugadores tendrán grandes cambios de hora como en el caso de giras asiáticas o americanas. Lo negativo, el cansancio y el malestar que los jugadores ya han manifestado en este tipo de partidos.
Además del partido en Suráfrica, El Real Madrid ya ha pactado otros partidos para el verano. En agosto, jugaría dos partidos en Asia, el primero en Pekín y el segundo en Tokio, y otros dos en Estados Unidos. También podría jugarse otro en Seúl y en cada uno de estos partidos asiáticos el club percibirá seis millones y medio de euros. La etapa norteamericana se jugaría en Los Ángeles y en Nueva York y los rivales serían clubes como el Manchester o el Milán, tal y como hizo el Barcelona en su gira por Estados Unidos en verano de 2003.