L D (EFE) Este torneo, no se sabe cómo, siempre ofrece más de lo que en principio puede sospecharse. Con el Madrid y el Estudiantes en cancha siempre existe la posibilidad de contemplar algo inesperado. Incluso en pretemporada. Ya son veintiún años de torneo y los dos grandes rivales de la capital siempre han querido colgarse los galones locales para empezar el año con algún motivo para sacar pecho.
El cóctel contaba esta temporada con el aliciente de ver a Felipe Reyes en el primer duelo vestido de blanco ante su ex equipo. Reyes respondió bien. Peleó como en él es habitual debajo del aro, aguantó las ayudas que le reservaba la defensa colegial -a veces dobles-, cada vez que tenía el balón en la zona y salió bastante bien parado del reencuentro con la afición colegial.
El cóctel contaba esta temporada con el aliciente de ver a Felipe Reyes en el primer duelo vestido de blanco ante su ex equipo. Reyes respondió bien. Peleó como en él es habitual debajo del aro, aguantó las ayudas que le reservaba la defensa colegial -a veces dobles-, cada vez que tenía el balón en la zona y salió bastante bien parado del reencuentro con la afición colegial.
Rodríguez salió tranquilo. A jugar. Sin agobios. Participó en la reacción del Estudiantes, gestada también en una mayor intensidad defensiva, y dejó unos cuantos detalles que sólo están al alcance de los elegidos. Excelso pasador. Una bendición para el acercamiento de los subcampeones ligueros (32-39 m.20). El equipo de la calle Serrano empezaba a sentirse cómodo. La aproximación a los madridistas le subió el ánimo y, en el tercer cuarto, con un poco de aquí un otro de allá, sin prisa pero sin pausa, situó el choque en el ritmo que más le gusta (44-46 m.25). A pesar de ser su primer compromiso de preparación, el conjunto colegial maneja muchos resortes producto de la estabilidad que impera en la plantilla y en el banco. Amenazas que el Real Madrid de Maljkovic, de acuerdo a lo visto en el Parque Corredor, está capacitado para conjurar.
La línea exterior madridista resolverá muchos partidos esta temporada. El potencial tirador del Real Madrid ha crecido exponencialmente. Ni siquiera hace falta que Bennett, como ocurría la temporada pasada, asuma un gran protagonismo anotador. Con Sonko y el estadounidense Louis Bullock el perímetro madridista ha multiplicado el peligro que lleva a la cesta rival. Louis Bullock lo demostró con tres puntos en el tercer cuarto. El acierto del norteamericano conjuró el acoso estudiantil con tiros importantes en situaciones trascendentales. En cinco minutos, del veinticinco al treinta, el Real Madrid pasó de ganar por dos puntos (44-46) a dominar por trece (52-65), los mismos que Bullock cargó en su cuenta particular.
Un Estudiantes de estreno en los amistosos de pretemporada; un Reyes crecido por la división de los cánticos de la afición estudiantil -algunos para él, bastante para la directiva por sacarle al mercado-; y el mayor ritmo de competición del Madrid, que salía con dos partidos más sobre la espalda, dejaron un último cuarto claro en el marcador y demasiado enconado en la pista. Los roces entre Antonio Bueno y varios jugadores madridistas acabaron por envenenar también la banda, donde hubo un feo desplante entre el segundo técnico del Real Madrid, Tirso Lorente, y el entrenador del Estudiantes, José Vicente Pepu Hernández. Demasiado para un choque de preparación.