L D (EFE) El vicepresidente del Real Madrid, Emilio Butragueño, viajó a finales de abril a Pekín para entablar negociaciones con el presidente del Beijing Guoan, Li Shilin, y confirmaron los contactos que culminaron en el partido amistoso que ambos equipos jugarán el 23 de julio próximo en la capital china. La adquisición del 49 por ciento de las acciones no ha sido confirmada, hasta el momento, por el Real Madrid.
Butragueño declaró durante su visita a Pekín que "el fútbol es un deporte popular en China" y que "si el Real Madrid quiere hacer gran aportación en la escena del fútbol mundial, tiene que prestar suma atención al mercado chino, así como a la ciudad de Pekín". El club blanco pretende entrar abiertamente en el mercado chino y su incorporación al accionariado del Beijing Guoan forma parte de esa estrategia, según los medios locales chinos.
Li Shilin reveló entonces que desde el año pasado, el Beijing Guoan empezó a ponerse en contacto con los grupos financieros deportivos y sus compañías de fama mundial, "lo que supone el inicio de la cooperación con el gigante del fútbol mundial, el Real Madrid". La cooperación con el Real Madrid tiene por objetivo, según, Shilin, "aprender del fútbol de alto nivel y las avanzadas experiencias administrativas para promover el marketing del fútbol profesional chino".
El Beijing Guoan, principal club de Pekín, fue el equipo que el pasado año se rebeló contra la corrupción imperante en la liga china y en verano ocupará las portadas de los periódicos deportivos de medio mundo, cuando se enfrente en la misma semana al Real Madrid y al Manchester United. El club, campeón de tres copas (1996,1997 y 2003) y dos supercopas (1998 y 2003) en su país, jugará contra el Real Madrid el 23 de julio y tres días después se enfrentará al Manchester United. El equipo es patrocinado desde el pasado año por Hyundai, empresa de automóviles surcoreana que tiene una fábrica en Pekín, y nunca ha sido campeón de liga en los 11 años de competición profesional china (dominados por Dalian Shide, ganador de siete trofeos).
El Beijing Guoan (o Beijing Hyundai) ocupó, sin embargo, el año pasado más atención mediática que el campeón de esa temporada, el Shenzhen Jianlibao, ya que el equipo pequinés declaró una auténtica guerra contra la fuerte corrupción en la liga china. Su rebelión comenzó el 2 de octubre, en el minuto 84 del encuentro Pekín Hyundai-Shenyang Ginde, cuando el árbitro señaló un dudoso penalti contra el equipo pequinés en el momento en que el marcador señalaba un empate a uno.
Los jugadores pequineses y su entrenador, Yang Wuzu, protestaron la decisión arbitral retirándose del campo antes del pitido final. Tres días después, ante la posibilidad de que el equipo fuera gravemente sancionado, el entrenador del equipo aseguró: "la liga de fútbol está al borde del colapso: tenemos partidos falseados, se apuesta ilegalmente con los partidos, y quién sabe qué otros terribles fenómenos". Las encendidas acusaciones levantaron una gran polémica en el país, ya que mientras los directivos de la federación amenazaban con inhabilitar de por vida al técnico del Pekín, otros equipos, como el todopoderoso Dalian Shide, se sumaron a la lucha anticorrupción que inició el entrenador.
Frente a otros clubes chinos, que en los últimos años han fichado a "viejas glorias" extranjeras (Rubén Sosa, Paul Gascoigne) y numerosos jugadores latinoamericanos y del este de Europa, el Beijing ha confiado siempre en un combinado "de la tierra". Actualmente sólo cuenta con dos foráneos en plantilla, el rumano Dan Alexa y el bosnio Branko Jelic. Entre sus jugadores de casa destaca el centrocampista Xu Yunlong, quien formó parte del combinado nacional que jugó el amistoso con España el pasado 26 de marzo.
El Beijing Guoan, fundado en 1992, es propiedad del gran consorcio industrial chino CITIC, con negocios inmobiliarios, de alta tecnología y financieros entre muchos otros, y es una de las compañías más poderosas del país. Su estadio, el de los Trabajadores de Pekín (60.000 espectadores), acogerá el partido ante el Real Madrid, que ya jugó allí el 2 de agosto de 2003 ante el Dragon Team (una selección de los mejores jugadores chinos).
Butragueño declaró durante su visita a Pekín que "el fútbol es un deporte popular en China" y que "si el Real Madrid quiere hacer gran aportación en la escena del fútbol mundial, tiene que prestar suma atención al mercado chino, así como a la ciudad de Pekín". El club blanco pretende entrar abiertamente en el mercado chino y su incorporación al accionariado del Beijing Guoan forma parte de esa estrategia, según los medios locales chinos.
Li Shilin reveló entonces que desde el año pasado, el Beijing Guoan empezó a ponerse en contacto con los grupos financieros deportivos y sus compañías de fama mundial, "lo que supone el inicio de la cooperación con el gigante del fútbol mundial, el Real Madrid". La cooperación con el Real Madrid tiene por objetivo, según, Shilin, "aprender del fútbol de alto nivel y las avanzadas experiencias administrativas para promover el marketing del fútbol profesional chino".
El Beijing Guoan, principal club de Pekín, fue el equipo que el pasado año se rebeló contra la corrupción imperante en la liga china y en verano ocupará las portadas de los periódicos deportivos de medio mundo, cuando se enfrente en la misma semana al Real Madrid y al Manchester United. El club, campeón de tres copas (1996,1997 y 2003) y dos supercopas (1998 y 2003) en su país, jugará contra el Real Madrid el 23 de julio y tres días después se enfrentará al Manchester United. El equipo es patrocinado desde el pasado año por Hyundai, empresa de automóviles surcoreana que tiene una fábrica en Pekín, y nunca ha sido campeón de liga en los 11 años de competición profesional china (dominados por Dalian Shide, ganador de siete trofeos).
El Beijing Guoan (o Beijing Hyundai) ocupó, sin embargo, el año pasado más atención mediática que el campeón de esa temporada, el Shenzhen Jianlibao, ya que el equipo pequinés declaró una auténtica guerra contra la fuerte corrupción en la liga china. Su rebelión comenzó el 2 de octubre, en el minuto 84 del encuentro Pekín Hyundai-Shenyang Ginde, cuando el árbitro señaló un dudoso penalti contra el equipo pequinés en el momento en que el marcador señalaba un empate a uno.
Los jugadores pequineses y su entrenador, Yang Wuzu, protestaron la decisión arbitral retirándose del campo antes del pitido final. Tres días después, ante la posibilidad de que el equipo fuera gravemente sancionado, el entrenador del equipo aseguró: "la liga de fútbol está al borde del colapso: tenemos partidos falseados, se apuesta ilegalmente con los partidos, y quién sabe qué otros terribles fenómenos". Las encendidas acusaciones levantaron una gran polémica en el país, ya que mientras los directivos de la federación amenazaban con inhabilitar de por vida al técnico del Pekín, otros equipos, como el todopoderoso Dalian Shide, se sumaron a la lucha anticorrupción que inició el entrenador.
Frente a otros clubes chinos, que en los últimos años han fichado a "viejas glorias" extranjeras (Rubén Sosa, Paul Gascoigne) y numerosos jugadores latinoamericanos y del este de Europa, el Beijing ha confiado siempre en un combinado "de la tierra". Actualmente sólo cuenta con dos foráneos en plantilla, el rumano Dan Alexa y el bosnio Branko Jelic. Entre sus jugadores de casa destaca el centrocampista Xu Yunlong, quien formó parte del combinado nacional que jugó el amistoso con España el pasado 26 de marzo.
El Beijing Guoan, fundado en 1992, es propiedad del gran consorcio industrial chino CITIC, con negocios inmobiliarios, de alta tecnología y financieros entre muchos otros, y es una de las compañías más poderosas del país. Su estadio, el de los Trabajadores de Pekín (60.000 espectadores), acogerá el partido ante el Real Madrid, que ya jugó allí el 2 de agosto de 2003 ante el Dragon Team (una selección de los mejores jugadores chinos).