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El Power Electronics mete al Real Madrid en un lío

Los taronjas han ganado en la Caja Mágica y recuperan el factor cancha. También el Caja Laboral y el Regal Barça han perdido en casa.

Si el martes fue una jornada redonda para el baloncesto español, con la victoria de todos los equipos implicados en la lucha por la Final Four de Baloncesto (excepto el Valencia, por razones obvias), este jueves ha salido todo mal y Real Madrid, Barcelona y Caja Laboral han caído en su propio estadio. Sólo el Power Electronics puede irse contento.

Los de Pesic han empatado a uno la serie de los cuartos de final de la Euroliga al Madrid, en la Caja Mágica, a base de triples, 12 de 22, y con un extraordinario Cook en los dos últimos minutos, con seis puntos consecutivos.

El equipo de Valencia ha demostrado más recursos que el de Madrid, no ha fallado en la zona como el martes pasado y ha encontrado en la falta de recursos y la precipitación de los blancos en los últimos minutos a unos buenos aliados. Todo queda en el aire de cara a los dos encuentros que jugarán en la Fuente de San Luis la próxima semana. Cook fue el mejor de los taronja con 20 puntos y 25 de valoración y Llull destacó en los locales con 18 y 16, respectivamente.

El Madrid dominó el comienzo del encuentro y llegó a tener hasta 7 puntos mediado el primer cuarto (17-10) con Prigioni dirigiendo acertadamente a los suyos y Tomic y Suárez anotando. La entrada de De Colo dio mayor consistencia al juego del Power, que hoy sí controló el rebote, incluso en la zona rival, para llegar a la primera pausa sólo dos abajo (19-17).

Nadie contaba con Velickovic. El serbio sorprendió a la defensa valenciana y fue la base del segundo tirón local con 7 puntos en menos de cinco minutos para que el Madrid se volviera a ir en el marcador (31-22) en el minuto 15 con los tiradores del Power desaparecidos. Además, Javtokas y Savanovic volvían a fallar en los libres.

Con los pivots de ambos equipos cargándose de personales, sobre todo los del Madrid, Reyes, Fischer, Velickovic y Mirotic con dos, y Lishchuk con dos en el Power, el partido llegó al descanso con todo por decidir (38-35). El pívot del Valencia sumaría otras dos en los primeros minutos del segundo tiempo.

La hiperdefensa blanca al comienzo del último periodo, un triple de Tucker y una bandeja Llull empataron a 59, ayudados por las perdidas de balón y los errores de los valencianos. Faltaban siete minutos y medio. Un triple de Savanovic y los rebotes ofensivos tras un tiempo de Pesic igualaron a 64 y luego a 66, empate deshecho por Richardson con un triple, undécimo de los suyos, la mejor baza de los visitantes.

Entre Llull y Prigioni devolvieron al Madrid al frente (72-71), pero Cook estaba destinado a romper el encuentro en los dos últimos minutos con un triple, una de dos y un tiro libre en minuto y medio. Ya no había hiperdefensa y los blancos estaban tocados.

Abajo en el marcador y en el último minuto, el Madrid se quedó sin recursos en ataque. Esta vez no hubo ni milagro Llull ni milagro Mirotic. Y Rafa Martínez con dos libres sentenció el 75-81. Valencia decidirá, o no, la próxima semana con dos partidos en la Fuente de San Luis.

Barça y Caja Laboral también pierden el factor cancha

Si hace un par de días le salió cara, esta vez al Regal Barcelona le ha salido cruz, ha perdido ante el Panathinaikos (71-75), en un partido que dominó hasta el descanso y que se le complicó definitivamente cuando aparecieron Diamantidis y Sato, quienes le dieron la vuelta a la situación.
 
Repitió estrategia Obradovic, repitieron quinteto los dos equipos y el Barça parecía tener la lección bien aprendida, pero sólo fue durante veinte minutos. De inicio, desactivó a Diamantidis, el jugador que estuvo a punto de dinamitar el primer partido, y después controló el rebote. Con los dos objetivos cubiertos, los de Xavi Pascual se sintieron muy cómodos. Si, además, Navarro empieza a funcionar desde el principio, las cosas son más simples.
 
El Barcelona, jugando como le gusta, en rápidas transiciones defensa-ataque, fue acumulando ventajas desde el inicio. Obradovic revolvió en su banquillo, pero Panathinaikos no encontraba soluciones. Sin una buena dirección, sólo tenía opciones en la pintura con Mike Batiste. Nicholas nunca fue una amenaza ni Sato el jugador que tenía que sacar del atolladero a los atenienses.
 
Por eso, el Barcelona fue ampliando su ventaja con los mejores minutos de N'Dong y un repertorio de buenas acciones de baloncesto colectivo, pero un parcial 0-9 puso al equipo de Obradovic en mejor situación (28-21). Un triple de Lorbek y una mejora, sobre todo en defensa, situaron la diferencia en un margen de seguridad en torno a los diez puntos (38-28, descanso) y nada hacía presagiar un cambio de papeles.
 
Pero así fue. Decidieron los griegos cambiar la dinámica del partido, aceleraron sus acciones, se la jugaron y les salió bien. Aguantó el Barça por medio de Anderson, pero en el intercambio de canastas, Panathinaikos sacó tajada. Apareció Diamantidis y el Palau empezó a preocuparse. El base, que hasta entonces sólo había conseguido dos puntos, anotó quince en siete minutos con cuatro triples. El Barça cayó en la trampa, perdió los nervios y los griegos, dominadores de la escena, se empezaron a gustar.
 
Con múltiples pérdidas en ataque y sin contundencia en defensa, el Barça veía el aro cada vez más pequeño, al contrario que Sato. Del 57-50 se pasó al 57-61 y los azulgrana empezaron a mirar demasiado hacia los árbitros. La máxima ventaja griega llegó a los ocho puntos (64-72), pero en una buena reacción final (7-0), el Barça soñó con darle la vuelta a la situación.
 
Diamantidis falló un tiro libre (71-73) y los de Pascual tuvieron 17 segundos para, al menos, forzar la prórroga. Pero Lakovic, en un triple frontal, se precipito y erró y los griegos cerraron el partido (71-75). Ahora la ventaja es para los de Obradovic, que ganaron en el Palau, una plaza inexpugnable en Europa desde noviembre pasado.

Ahora, el Barça tendrá que jugársela en Atenas, sede de los dos próximos partidos, una empresa complicada, vista la entidad de los griegos, que jugaron con maestría en los momentos determinantes del partido y dejaron sin ideas a los azulgrana.

El Caja Laboral también se ha complicado el camino en los cuartos de final de la Euroliga al encajar una derrota por 81-83, gracias a una canasta en el último segundo de Jeremy Pargo que permite al Maccabi Tel Aviv recuperar el factor cancha y poder resolver el duelo la próxima semana en su cancha.

En un apretado final de partido, los baskonistas pagaron con la derrota su dos últimos malos ataques. Un balón perdido por el brasileño Marcelinho Huertas y un lanzamiento de Logan que no llegó a tocar canasta permitieron a Maccabi tener la posesión ganadora con 18 segundos. A Pargo no le tembló el pulso para fabricarse la canasta del triunfo y colocar a Maccabi con la opción de certificar el billete a la Final entre Cuatro si vence los dos partidos de la semana próxima en su caldera del Nokia Arena.

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