Querría pedir perdón por anticipado a todos los lectores por la pequeña boutade de titular este artículo en inglés pero es que no he podido resistirme a la tentación. Espero que no me lo tengan en cuenta. Yo mismo, que el poco francés que sé lo aprendí de rebote y que nunca me arrepentiré lo bastante de no haber hincado los codos con el inglés, he tenido que recurrir a mi buen amigo Enrique Marqués, mucho más leído y viajado que un servidor, para que la traducción de esa frase que aparece en la pizarra del viejo Reggie Dunlop, entrenador y jugador de los Chiefs interpretado por Paul Newman en El Castañazo de George Roy Hill, una de mis películas favoritas, captara la esencia de lo que realmente quería transmitir. Si no lo he entendido mal, we supply everthing but guts! querría decir aproximadamente algo así como "¡aquí te lo suministramos todo a excepción de las agallas!". Si Roy Hill hubiera decidido en su día rodar El Castañazo en España y en lugar de Newman hubiera sido Tony Leblanc y en vez de Reggie Dunlop se hubiera tratado de Juan Antonio Albacete Anquela y los Chiefs no fueran los Chiefs sino el Alcorcón, es muy posible que en la pizarra hubiera aparecido el siguiente texto: "Señores míos, ahora hay que echarle un par de pelotas"...
En Un domingo cualquiera, de Oliver Stone, Tony D'Amato, entrenador de los ficticios Sharks de Miami, les dice a sus jugadores que la vida es cuestión de pulgadas: "medio segundo más lento o más rápido y no llegas a pasarla; medio segundo más lento o más rápido y no llegas a cogerla. Las pulgadas que necesitamos están a nuestro alrededor, están en cada momento del juego, en cada minuto, en cada segundo..." Si Stone, antes de que se le fuera del todo la "pinza", hubiera decidido rodar en España y en lugar de Pacino hubiera sido Alfredo Landa y en vez de Tony D'Amato se hubiera tratado de Juan Antonio Albacete Anquela y los Sharks no fueran los Sharks sino el Alcorcón, es muy posible que en la pizarra hubiera aparecido el siguiente texto: "Caballeros, hemos llegado hasta aquí y no podemos arrugarnos. Ellos cobran mucho más dinero que nosotros y son mundialmente famosos pero las pulgadas que tenemos a nuestro alrededor son exactamente de la misma calidad: ¡a por ellas!"...
"Eso es el fútbol", acaba diciendo Pacino-D'Amato. Juan Antonio Anquela, que poco antes de que empezara el partido de vuelta les contó a sus jugadores el cuento de La Cenicienta con un par de narices, me confesaba hace un par de horas que lleva dos días de locos: "estoy a punto de meterme en la ducha, no he podido comer y casi no me dejáis dormir"... En el club no dan abasto y el jefe de prensa ha optado por apagar el teléfono móvil: "hola, soy fulanito, en este momento no te puedo atender"... No me parece mal que cada cierto tiempo, y más en una época como la actual en la que parece que todo se puede comprar con el dinero, alguien nos recuerde que las agallas y las pulgadas no están en venta. We supply everthing but guts!... Aquí te lo vamos a dar todo, pero las pelotas tienes que traértelas tú de casa. Las palabras se las lleva el viento y ahora sólo nos queda el verde. Eso es el fútbol. Eso es la vida. Es lo que hay.