La verdad es que lo del villarato no se tiene en pie. Tiene tan poca materia gris y está tan poco trabajada la idea de que Villar manda por delante a tito Vito con la misión de convencer a sus árbitros para que le echen una manita a Eto'o, Iniesta, Messi, Xavi y compañía como aquella otra tan ridícula que sostenía que el mismísimo Francisco Franco obligaba a que la Liga española la conquistara un año sí y otro también un equipo que contaba en sus filas con Di Stéfano, Rial, Puskas o Gento. The Times eligió en el año 2007 a los tres mejores equipos de fútbol de toda la historia y aquel Real Madrid quedó segundo por detrás de la selección de Brasil de Pelé, Jairzinho y Carlos Alberto, y por delante de la Italia de los años 70. ¿Alguien en su sano juicio puede creer que ese equipo necesitaba la mediación de la dictadura de Franco para ganar sus partidos?... Eso sólo se le puede ocurrir a un verdadero bandarra.
Lo del villarato responde a la táctica de un grupo mediático con mucho poder e influencia en España. La historia viene de largo, (desde el "imputado Padrón" y antes) pero ahora, con eso que algunos llaman la "guerra de las televisiones", al Grupo Prisa quizá le interesara que el presidente de la federación española de fútbol saliera a la palestra denunciando el tremendo perjuicio que supone para el fútbol modesto la emisión de partidos en abierto. Pero Villar, que nunca ha sido precisamente Jenófanes de Colofón, precursor de la teoría del conocimiento y fundador de la teología filosófica, no dice esta boca es mía. Relaño no debería tenérselo en cuenta porque en realidad Villar nunca dice nada acerca de ninguna cosa, siendo precisamente su silencio la clave central de un mandato que amenaza con convertirse en eterno. Lo del villarato, pues, no es más que otra forma que tienen los chicos de Prisa de decirle a Villar que tome partido de una vez por todas.
Daba la sensación de que Begiristain estaba verdaderamente muy molesto con ese runrún de que los árbitros aparecen cuando Messi o Iniesta se bloquean. Hace bien el director deportivo azulgrana en dar la cara por sus chicos y coincido con él en que es muy injusto que en abril andemos con estas zarandajas. Yo nunca he creído en conjuras ni en consignas y sí en la mediocridad de aquellos que tratan de echar por tierra el trabajo, la dedicación y el ingenio de los otros. Sigmund Freud lo llamaba "racionalización del propio fracaso". El problema de los árbitros no es que reciban consignas, no, sino que son muy malos, no se conocen el reglamento y algunos incluso son incapaces de superar las pruebas físicas. El árbitro del sábado perjudicó al Recre y Lucas Alcaraz, que está en otra guerra, hace muy bien el alzar la voz, pero eso no quiere decir que el Barcelona vaya a ganar la Liga porque Villar lo mande sino porque Messi lo decide. Lo demás son paparruchadas del estilo de las que van desperdigando por ahí los intelectuales de Un Crit Valent, que ni es un crit ni tiene nada de valent por cierto.