Sinceramente les digo que, por la portada del Pravda federativo que nos llegó el otro día a la redacción de deportes de la Cadena Cope, no sabría distinguir si nos encontramos ante el último número de Fútbol o el de la revista Más allá. Porque uno tiene que estar más allá que acá para decir –¡en la portada además!– que Luis "se codea con los mejores" y que "sus resultados como seleccionador son, globalmente, similares a los de los más grandes". Eso de "globalmente" significa que a España la sacaron del pasado Mundial por la puerta de atrás y que, contando los partidos amistosos, los bodrios de la AFE y el torneo internacional de la galleta María, Aragonés tiene que estar codeándose con los seleccionadores que sí ganan partidos de verdad, en los torneos que toca, y no milongas veraniegas que no valen para nada.
Siendo la portada una broma de mal gusto, lo peor del caso es que tratan de razonarlo, y eso constituye una grave ofensa a la inteligencia del lector. Un refrán dice que "algunos llaman razonamiento a encontrar argumentos para seguir creyendo lo que creen". ¿Y cómo llamamos al hecho de encontrar argumentos para algo en lo que no crees? El caso es que, según el sesudo análisis que el Más allá de Villar incluye en páginas interiores, España, que fue despedida del Mundial de Alemania en octavos de final y que las está pasando realmente canutas para acceder a la fase final de la Eurocopa del año que viene, está empatada a puntos con Brasil y por encima de Inglaterra, Alemania, Italia (vigente campeona mundial) y Argentina. ¡Y yo con estos (pocos) pelos!
Dejemos a Luis Aragonés celebrando el título de campeón de Europa, porque con esos números no habrá quien nos pare, y pasemos a la carta de Ángel Villar, sempiterno candidato al premio Nobel de la Paz. En una emotiva epístola titulada "Ayudamos poco a los árbitros", Villar dice que él siempre ha defendido a los colegiados por una razón fundamental: "les conozco y sé de su capacidad, de sus conocimientos, de su sacrificio y de sus esfuerzos". O sea que nos encontramos ante veintitantos Albertos Einstein. Pero Villar, que defiende a los árbitros dóciles, corta sin embargo el césped bajo los pies de aquellos que osan levantarle la voz. Resulta significativo que, justo ahora que los colegiados están planteando un burdo chantaje al fútbol, el presidente pida ayuda para ellos. Hay que estar más allá que acá para querer vendernos la burra del Luis ganador y del Muñiz sucesor de Pierluigi Collina. Seguro que en el número de mayo establecen una comparativa entre Arminio y Anaximandro. Vidas paralelas, seguro.