La pregunta es: ¿Habría saltado Guardiola a lo Unabomber si Laporta no hubiera dejado entrever que volverá a ser candidato a la presidencia del Barcelona? ¿Y lo habría hecho si no supiera que, en el hipotético caso de que Laporta dé el paso, tendría que verse las caras en las urnas con Rosell?... Yo creo que la respuesta a ambas preguntas es "no". Por mucho que un periódico brasileño hubiera informado de que Guardiola le dijo al padre de Neymar que el chico tenía que fichar por el Bayern porque Vilanova no sería capaz de hacerles jugar a él y a Messi juntos, Guardiola no habría saltado de no saber que por ahí podía hacerle mucha pupa al actual presidente culé. Cosas peores se han dicho de Pep y él se ha callado en aras de un seny que acaba de hacer añicos. Por mucho que alguien hubiera opinado allá por el mes de marzo (¡marzo!) que el ex técnico azulgrana no visitó a Vilanova cuando éste estuvo ingresado en Nueva York, Guardiola no habría saltado si no hubiera sido consciente de que Laporta quiere volver.

Localizamos la precuela de Unabomber, el regreso justo el día del adiós de Guardiola como primer entrenador y el anuncio a bocajarro y con silenciador de que Vilanova iba a ser su sustituto. La cara de Guardiola era todo un poema, era la cara de un hombre que se sentía traicionado... y en varias direcciones además. La rentré del técnico del Bayern sólo cabe explicarla en clave electoral. Por supuesto que no estoy diciendo que él quiera ser candidato o que pretenda regresar a corto plazo al banquillo del Camp Nou, no; lo que digo es que, por si quedara alguna duda al respecto, Guardiola vota por Laporta, le elige a él y lo hace además en el peor momento de popularidad de Rosell y cuando el equipo alemán se va a llevar a Thiago debido a una gravísima negligencia de Zubizarreta, a quien el nuevo Gaspart no quiso aceptar recientemente su dimisión.

Rosell lo tiene complicado. Si contesta pierde y si no lo hace también. Unabomber le ha puesto en una situación complicadísima. La opinión publicada está con el presidente por una cuestión de interés y porque Guardiola se encuentra a 6.000 kilómetros de distancia, pero la gente de la calle está con su ex entrenador y reniega mayoritariamente del hombre que ocupa circunstancialmente el sillón presidencial. Ha calado la idea de que del dúo Laporta-Rosell el listo era indiscutiblemente el primero mientras que el segundo puede llegar a equivocarse a la hora de tomar una elección tan simple como es elegir entre el lavabo de hombres y el de señoras. Por lo demás yo jamás he oído a ningún miembro de la actual junta directiva utilizar la enfermedad de Vilanova para atacar a Guardiola. Jamás. Si Rosell calla estará dando por bueno que Guardiola tiene razón. Hoy por hoy la actitud del entrenador del Bayern me parece cobarde, inoportuna... y política. Pep no hace nada porque sí.