Lo que más me gustaba de las transmisiones de Héctor del Mar eran sus apodos. En Argentina, en toda Sudamérica en realidad, son muy dados a poner apodos a los futbolistas, y Héctor se trajo cargada la maleta de ellos desde su Buenos Aires natal; el Hombre del Gol, su propio apodo, narra hoy con idéntica maestría los combates de lucha libre junto a Fernando Costilla y, por supuesto, continúa poniéndole motes a todos. La única diferencia entre la WWF y la Liga de fútbol es que cuanto más ridículos, osados o llamativos son los apodos de la primera, tanto mejor: el Empresario de Pompas Fúnebres, el Asesino de Leyendas, el Pistolero Irlandés, la Máquina del Amor... ¿Alguien se imagina unos motes como esos en el fútbol?... "Ahí va la Máquina del Amor, se interna en el área, pase de la muerte y... ¡goool, goool, goool del Empresario de Pompas Fúnebres!"... Pues no, no quedaría bien.
Por eso es tan importante que a uno le acierten de lleno con su apodo. Cabe la posibilidad de que tengas que llevarlo mucho tiempo, de ahí que sea mejor no tenerlo a que te coloquen uno que mueva a la risa o la conmiseración. A Di Stéfano le llamaban la Saeta Rubia, Pelé fue mundialmente conocido como El Rey, Cruyff como el Flaco. De la élite de la élite, el que sin duda salió peor parado de todos fue Maradona a quien llamaban el Pelusa. Héctor siempre se inventaba motes raciales y positivos, y a mí el que siempre me gustó más fue el de Gregorio Benito, Hacha Brava. También hay motes en otros deportes; al velocista francés Christophe Lemaitre, por ejemplo, el hombre que se va a jugar esta noche las lentejas de los 100 metros lisos con Dwain Chambers, le bautizaron como el Relámpago Blanco, y todo el mundo sabe que el gran Carl Lewis era conocido como el Hijo del Viento. Y son innumerables los apodos del boxeo.
No sé si la traducción del turco al castellano será la correcta pero lo cierto es que, tras la presentación de Guti con el Besiktas, las agencias de noticias empezaron a escupir la noticia de que a alguien se le había ocurrido la idea de llamarle la Tormenta Rubia. Flaco favor le están haciendo al ex del Madrid. ¿La Tormenta Rubia?... ¿Pero no es ese el nombre de un personaje de la Patrulla X?... A mí, qué quieren que les diga, eso de la Tormenta Rubia me suena más a Belén Esteban, Enemigos Íntimos o DEC. Guti estará a buen resguardo mientras permenazca allí, pero ni que decir tiene que en cuanto vuelva a España le tocarán las narices. Huracán Rubio vale, Trueno Rubio tampoco habría estado mal, incluso Relámpago Rubio, pero... ¿Tormenta Rubia?... Y además, ¿quién sabe cuánto le durará el rubio a Guti? ¿Le llamarían luego la Tormenta con Mechas?... Ya verán cómo en Alemania nadie rebautiza a Raúl, allí son más serios, allí o te llaman Torpedo o no te llaman. Espero y deseo que todo haya sido una tormenta en un vaso de sahlep. En cualquier caso, suerte José María.